EL BOLERO: “Dimensiones y pensamientos en compás nostálgico” (Urraca)
(…) Boleros que se
remontan a territorios hermosos de la
poesía o exploran
ondas sonoras de gran complejidad y belleza,
o mundos
empequeñecidos, por frases triviales que la gente
hace suyas y les da
un sentimiento y una entonación que se
merecen. Bolero del
cielo, bolero del fango, todos ellos son
boleros, boleros los
unos y boleros los otros.
César Pagano.
De antemano sabemos que las costumbres,
formas de pensar y vivir, las sensibilidades y comportamientos, y los rasgos
característicos de una comunidad determinada, se expresan de modo notorio en
sus manifestaciones culturales tradicionales.
Ubicándonos concretamente en el caso de los
pueblos hispanos, la mayoría de características tradicionales propias de cada
comunidad, medios de manifestación y comunicación cultural y artística de éstas;
aparecen de modo muy particular en las expresiones musicales de tipo popular o
semiculto, tal es el caso en España con la copla, en México con el corrido y la
ranchera, en Cuba, Puerto Rico y el área hispana del Caribe con la salsa; y de
una manera muy incluyente en el resto de los países hispanohablantes, casi
podría decirse, que camuflado y a veces oculto, reposando comúnmente en la
mayoría de colecciones musicales de aquellos febriles melómanos, y en la
memoria musical de éstos y de aquellos quienes aún se deleitan con ese vaivén
melódico y comúnmente característico cuando se piensa en romance; se encuentra
el bolero.
“En el
fondo de cada latinoamericano hay un bolerista dormido, que en cualquier
momento puede despertar y regalarle una serenata a la primera mujer que vea”.
El Bolero es un cuento
el cual narra, mezclando con melodías traviesas y ocurrentes; cosas únicas y
simples, historias sencillas y maravillosas que han sucedido en seres humanos, su
mayoría entre hombres y mujeres. Los Boleros son historias o cuentos que tienen
una trama, que plantean un problema, una oferta, una intención. Describen
poéticamente situaciones, en ocasiones de una manera muy acertada y exclusiva
en ciertos casos. Señalan visiones sobre las cosas, expresan deseos, nos
cuentan cómo se escurrieron o dejamos escapar actos o decisiones que tanto temimos realizar…
y otras tantas veces nos proponen las soluciones.
En la lírica del Bolero,
podemos encontrar un gran y fino discurso sumido en unas pocas y delicadas
líneas, que combinado con un lindo y refinado guión melódico, nos cuenta la
historia de algo que ocurrió o que está por ocurrir. Por lo general, el Bolero
utiliza un lenguaje metafórico, y la finalidad u objetivo de su texto debe
tratarse, elaborarse y pensarse detenida y profundamente por quien lo escucha.
Los Boleros que se entienden de inmediato, cuentan con el apoyo del factor
erótico, puesto que la pasión y el amor desempeñan dentro de este género una
fuerza cósmica y fatal.
"Por
alto que esté el cielo en el mundo, / por hondo que sea el mar profundo, / no
habrá una barrera en el mundo / que este amor profundo no rompa por ti".
(Pedro Flores, Obsesión; Orovio, El bolero, p. 87; variantes en Delgado de
Rizo, pp. 185-186).
Ocurre, como es bien visto, que el bolero
utiliza toda la casuística amorosa y que, retrocediendo en el tiempo nos puede
llevar a la sensibilidad modernista y también a la romántica. Y yendo más atrás
aún, a la del amor cortés, y más en concreto del siglo XV castellano.
El mar y sus playas, las puestas de sol, los
barcos y balsas, puertos y muelles, partidas, regresos, y las abundantes
alegorías de tipo náutico que se encuentran en la literatura del amor cortés;
también inundaron el afluente guión melódico del bolero y alcanzaron sus más
profundos sentidos en numerosas canciones, digamos "canciones
marítimas", cosa explicable, acaso y en parte si tenemos en cuenta las
peculiaridades geográficas de la Occitania Tropical:
"Yo ya me voy al puerto donde se haya /
la barca de oro que debe conducirme / [...]/ Voy a aumentar los mares con mi
llanto" (La barca de oro, de Abundio Martínez; ibíd. p. 392).
O bien: "Hoy
mi playa se viste de amargura / porque tu barca tiene que partir / a cruzar
otros mares de locura, / cuida que no naufrague tu vivir" (La barca, de
Roberto Cantoral; Orovio, El bolero, pp. 103-104).
O también: "Espera, aún la nave del olvido no ha partido, / no condenemos al
naufragio lo vivido" (La nave del olvido, de Diño Ramos; Delgado de Rizo,
p. 91).
Y, en
fin: "Y de tu amor de ayer sólo despojos / naufragan en el mar de mi
vivir" (Naufragio, de Agustín Lara; ibíd., p. 259).
En definitiva, las
canciones que se encuentran dentro de este género, cubren un amplio espectro de
situaciones y lugares. Inmersas dentro de un discurso amplio, cuentan e
interpretan las experiencias y afectos de mucha gente, sirviendo a todos:
blancos, negros, indígenas, migrantes, adultos, jóvenes, viejos y académicos; a
encontrar en algún fragmento o melodía, un alivio a su tristeza, o un pequeño
matiz de nostalgia a la esquiva alegría que algunos desaforadamente persiguen.
Pese a que en algún tiempo se pensó que este singular
género musical podría finiquitar, debido a las diversas y exóticas formas
rítmicas y melódicas extranjeras que cambiaron notoriamente el color, timbre y
textura de éste; su renacimiento puede sentirse en la reedición discográfica de
antologías realizadas por cantantes como Luis Miguel, Gloria Estefan, Plácido Domingo,
la fallecida Celia Cruz y de manera más reciente, con agrupaciones españolas de
un merecido prestigio internacional como Presuntos
Implicados, quienes en 1999, lanzaron un CD con canciones del famoso
bolerista Armando Manzanero y cuyo éxito condujo a que otros grupos ibéricos se
interesaran por incorporar este género en sus nuevas producciones.
Y sin apartar del legado, que entre muchos
otros también aportaron hacia un escalafón internacional del Bolero;
encontramos en la hermosa zona Caribe, plácidos y dedicados al subterfugio que
evoca el romance escondido; a los cubanos, boricuas y dominicanos, capturando
con sus cadencias galantes la rítmica que empujaría al incipiente Bolero a ganarse
un lugar en los millones de oídos que buscaban engalanarse con la riqueza
musical que éste ofrecía. Entre tanto México y Argentina con mayores
desarrollos melódicos que rítmicos, se posesionaron con dominio completo en la
zona Andina, lo cual también estaba más
acorde con la idiosincrasia de sus pobladores. Acústicos instantes se
apoderaron de las almas enamoradas cuando aparecieron los famosos tríos, tales
como: Los Panchos, los Tres Caballeros, el trío San Juan, los Tres Diamantes,
los Tres Ases y los Tres reyes. Estos virtuosos de sus instrumentos y sus
armonías vocales plagadas de sencillez, calidez y dominio musical, aplicados a
sus tradicionales canciones, sirvieron de motivo más que merecido para
inmortalizarlos en la mente, los oídos y en la nostalgia colectiva.
En Colombia, tierra donde el Bolero es tan
intenso como la cumbia, el vallenato o la salsa, los isleños con su fraseo sacaroso, su apacible vibrato y
sus singulares incorporaciones guajiras, realzaron y posesionaron dicho género.
En Latinoamérica, el respaldo que aún
evidencia el Bolero, es una muestra de que los intereses contemporáneos no
necesariamente deben pugnar con las tradiciones. El brillo de las disonancias
ocasionadas por los arreglistas de Luis Miguel, las interpretaciones de Eddie
Palmieri, o la acústica bien lograda de César Portillo; son parte de la armonía
que puede realizarse entre las diferentes generaciones.
El modo bolerístico internacional pudo
extenderse gracias a las acotaciones que estos artistas realizaron al género.
La riqueza musical de éste, también fue un
factor determinante en la proyección y prestigio internacional que alcanzó, ya
que ésta era inherente y compacta, pero a su vez dócil y moldeable a otras
estructuras rítmicas; y podía por medio de los compases de 2/4 y 4/4, mezclarse
en deliciosas síntesis que arrojaron entre otros: Bolero son, Bolero canción, Bolero
guajira, Bolero danzón, Bolero mambo, Bolero cha cha cha, Bolero moruno, Bolero
ranchero, Bolero balada, y el Bolero salsero; éste último alcanzando y logrando
llegar con todo el auge y lleno de todo el sentimiento posible al corazón de
New York. Fue en esta ciudad donde se coció, preparó y se sazonó esa potente
música, tan característica y sonada en el presente; derivada de la mezcla de
dos grandes géneros. Allí alcanzo su cúspide, en voces como las de Rubén
Blades, Chivirico Dávila, Justo Betancourt, Héctor Lavoe, Adalberto Santiago,
Ismael Rivera y Cheo Feliciano; dotadas de un sutil fraseo y una melancólica pausa
romántica. Fue también la época en que el jazz influyó sobre el Bolero e hizo del
género un aire más actualizado.
Es posible que el Bolero por ser de todos y
no ser de nadie en cuanto a su génesis, no sea un género que abanderen y
predominen en las naciones de la región, debido ciertamente, a que éstas prefieren
mostrar lo realmente típico para evidenciar exclusividad y referencias con que
se les identifique. Si Cuba o México desearan propagar el Bolero como música
nacional, podrían hacerlo, puesto que tienen demasiados y excelentes exponentes
en el género. Nadie va a contradecir la paternidad de la música mariachi, de la
guajira, del joropo, del vallenato, de la samba, del tango o de la cueca. Y si
ya intentar establecer los orígenes de la salsa crea dificultad, debido a los
aportes cubanos, puerto riqueños, colombianos y venezolanos al género, ¿cómo
será hacerlo con el Bolero?
El Bolero, aparte de
ser motivo y acompañante exquisito para cualquier tarde o velada, debido a su
capa romántica y nostálgica; es también a su vez un profundo proceso de
búsqueda de las raíces culturales latinoamericanas. Porta una manera de ver el
mundo globalizado, caracterizada por la revalorización del idioma español como
vehículo comunicacional. En este sentido, el Bolero es una manera de insertarse
en la globalidad, a partir de la especificidad cultural.
¡La invitación queda
abierta y el disco girando, a conocer, promover y degustar de este lindo
género!
Trío
Los Tres Reyes, aun vigente, considerado como el último de los grandes tríos;
destacados por sus grandes arreglos instrumentales y vocales, aplicados a las
grandes canciones tradicionales.
La Sonora Matancera, famoso conjunto de música cubana, integrado
en la década de los años 20 y quien contara durante mucho tiempo con la
inconfundible y ya desaparecida voz de Celia Cruz
Los Tres Ases, gran trío romántico, nacido en la ciudad de México,
el cual llego a completar una prolífera trayectoria musical de más de 50 años de carrera musical.
Armando Manzanero, cantautor, músico, compositor y productor musical mexicano ganador de un
grammy. Gran exponente mundial del bolero.
Trío Los Panchos, formados en la ciudad de México, y de un gran
reconocimiento a nivel internacional. Los boleros fueron su principal género
musical.
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada
(
Atom
)
No hay comentarios. :
Publicar un comentario