DE UN SUEÑO Y SU ESPERA (Psyquest)
Ese día no era un día cualquiera.
Iba en coche, camino a desarrollar sus menesteres cotidianos y hacía un
agradable calor de verano. El bello cielo azulado, poco a poco, le conducía a
perderse en él casi por inercia, con la expectativa tan siquiera de cazar una nueva
necia. No se veía una sola; pero presentía que alguna descarriada merodeaba por
ahí. Abruptamente, dejó de parpadear y a su mente llegó una vaga idea de que,
quizás, no buscaba simplemente una nube, estaba, acaso, hurgando en ese inmenso
firmamento un cabo suelto, un hilo desenvuelto, una señal que le condujera a un
reciente sueño que no concluyó. No recordaba casi nada de aquel sueño. Solo
sentía que éste removió cada una de sus entrañas, era un sueño que se confundía entre las noches y las mañanas,
probablemente de ella, de él, hablaba.
No comprendía como rayos había
olvidado lo que había soñado, solo recordaba que éste jamás concluyó, su final
jamás llegó, y la última imagen que vio fue un cielo azulado, como aquel
penetrante cielo, el cual lo atracaba de frente y sin anestesia, desde aquel
coche, camino a su destino esperado.
Así que él, expectante, cerró sus
dilatados ojos y se dejó arrastrar por la corriente de un nuevo sueño que
fluyó. Esta vez no fue como la última. Este sueño emanó a la inversa, desde la
postrera imagen del penetrante cielo, que tenía en ese momento ante sus ojos,
hasta el anónimo e incierto comienzo. De tal modo que, ahí empezó a rememorar con
todo detalle aquel sueño del cielo azulado, a su lado.
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada
(
Atom
)
No hay comentarios. :
Publicar un comentario