SWANS (Johnky)

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Ángeles de luz monstruos apocalípticos



Si el cielo y el infierno como dos espacios antagónicos se mezclaran, creando así, uno nuevo: tinieblas camufladas en luz. Swans, con su sonido duro, oscuro, desasosegante, armonioso y nítido, fácilmente podría ser la banda sonora de este espacio, elevándose sobre los cuerpos y cabezas de seres que como camaleones, tal vez como nubes de humo, trascienden una y otra vez hasta perderse en la nada absoluta o de una sacudida, entender esa iluminación agreste que lo capta.

Swans es una banda como pocas en el mundo, su discografía navega sobre olas de Blues oscuro y desgarbado, Noise, Ambient, Metal, No Wave, Experimental, Post Rock; en palabras más atrevidas y como acotación personal, Swans, es de esos grupos imposibles de catalogar, clasificar o encerrar en algún género en particular. Activa desde 1982, nace en New York, con Michael Gira (cantante, compositor y multi-instrumentista) como único miembro permanente al paso de los años, y con una carrera extensa y prolífica de más de 35 años. Gira, líder indiscutible y responsable de todo este brillante caos, nos conduce lenta y caóticamente con su voz rasgada y profunda por el valle de su desconcierto.
Filth (1983), Cop (1984), Greed (1986), Holy Money (1986) y Children Of God (1987). Son el origen del verdadero y brutal sonido que para el desprevenido, puede resultar de alguna forma agobiante, quizá, imposible de soportar; para otros, un delicioso y exquisito placer, culposo y adictivo. The Burning World (1989) significó una especie de “stop” en el camino, tal vez en busca de una mayor aceptación comercial, dan un giro dejando atrás el caótico y salvaje sonido de sus inicios, optando por uno más pop y digerible.
White Light From The Mouth Of Infinity (1991), Love Of Life (1992), The Great Annihilator (1995). Son parte de su producción de la década de los 90’s. Una vuelta a la luz que los vio nacer, pero transformada y mezclada, repleta de su sonido, tensión y tinte característico, más accesible, suelto y melódico para el espectador. Soundtracks For The Blind (1996) cierra la década por todo lo alto, un doble LP que suponía el final del camino para la banda, y así, con esta decisión tomada antes del lanzamiento del disco, la banda en una sacudida brutal al cerebro de más de dos horas y media, nos sumerge en un viaje épico de oscuros, profundos, delicados y hermosos torbellinos que se erigen como ángeles de luz o monstruos apocalípticos.
 
Todo parecía el final, pero surgido de sus propias e incandescentes cenizas, en el año 2010, el ave de fuego vate de nuevo sus poderosas y pesadas alas, resurgiendo como la bestia mítica, nos presenta My Father Will Gide Me A Rope To The Sky, The Seer (2012), To Be Kind (2014); un nuevo milenio, extraño, pero deseado; gratamente revelador y abrumador como en los viejos tiempos.
Se podría decir que su potencia, brutalidad, sonido y densidad impiden una mayor acogida o reconocimiento por parte de un público, cada vez más saturado con viejas y sabidas fórmulas. No obstante, para quien escribe este texto y quizá otros tantos, Swans merece un lugar único y elevado en el panteón de la historia musical.

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