JAIME ESPINEL (Escritor recomendado)
Jaime Espinel, fue un poeta y cuentista nato, tanto en su existencia oral como escrita. Nació en Medellín en 1940 y estudió en la Universidad Pontificia Bolivariana. Tras un largo viaje a los Estados Unidos en donde trabajó como docente, regresó al país para dedicarse completamente a la escritura. Permeado e inspirado por la cultura norteamericana, se integró al grupo de los nadaístas, poetas rebeldes que se inspiraban en los beatniks y en el cambio cultural de los años sesenta, y que se convirtieron en un referente vanguardista con su anti poesía y sus manifestaciones en contra de la Iglesia.
Espinel también se destacó como colaborador de diferentes publicaciones como la Revista de la Universidad de Antioquia y el periódico El Mundo de la ciudad de Medellín. Falleció el 6 de abril de 2010 en su ciudad natal.
Entre sus obras publicadas se encuentran Esta y mis otras muertes (1975), Agua de Luto (1981), Manriques micros y otros cuentos neoyorquinos (1986), Alba negra (1990) y Cárdeno réquiem entre toda la eternidad menos un día (2001).
A continuación, un cuento extraído de su obra Alba Negra:
EL PROFESOR
(Monólogo escrito para mi
amigo Rubén Darío Trejos,
actor y profesor en “El Bar
de la Calle Luna”).
(NOCHE TEMPRANO.
AL CALOR DE LAS
PRIMERAS COPAS EL PROFESOR,
UN HOMBRE
Y UNA MUJER,
COMPARTEN EN EL
BAR.)
EL PROFESOR: Están equivocados. Ambos están equivocados. Y se los digo porque para mí es imposible penetrar al interior de nuestra problemática, a partir de un lenguaje estereotipado y pordebajeador que me habla de mi mismo dizque desde un marco teórico. Por eso es que este país está como está, porque el análisis es ajeno y prestado y las palabras que utilizamos son una jerga yerta impuesta por el amo. ¡Ilusos! Sigan flotando en la nube de la superestructura y no aterricen... Dense cuenta de que desde la misma introducción tan ladina y servil que le hicieron al problema, empezaron por desconocer las contradicciones y las guerras de nuestros opresores, y entiendan que a nosotros nos queda muy difícil afeitarnos en un espejo prestado.
Pero si estuviéramos un poco más de acuerdo con nosotros mismos, si acaso nosotros no fuéramos el invento que dicen que somos, de estraperlo podría servirnos como botón de muestra esta perla: Miren en lo que ha venido a parar el hasta hace poco infalible estructuralismo, por ejemplo: Althusser le rompió el pescuezo a su mujer, ¡desnucó a su mujer! El mismísimo padre del estructuralismo, le volvió chicuca la estructura ósea a su mujer. ¡Eso si es una ideología de carne y hueso!
Claro que no se nos olvide que el infalible Papa del estructuralismo había sido ya precedido por ese otro Gran Papa Negro. Pero no Arrupe, no. El otro, el del psicoanálisis. Esa otra panacea occidental inventada por un vil y cocainómano empedernido. Tan cocainómano y occidental que casi llegaba al nivel drogo el tal Segismundo, ¿entienden? Ahora, cómo es posible que después de haber llenado entre todos miles de páginas, ninguno de los ensayistas serios racionaludos que nos marcan el pensamiento y el conocimiento contemporáneos, digamos Lacan, Chomsky, el propio Althuseer, o nuestro Estanislao; ¿cómo es posible que ninguno de ellos hubiera columbrado el obvio homosexualismo de Thomas Mann? Según “Muerte en Venecia” el tal Thomas Mann no era tan man sino gay, Thomas Gay y ellos no lo descubrieron. De modo que esa grieta que les abrió el conocimiento les chupa la razón a todos, ¿no es cierto?
Ah, y para acabar de ajustar, ahora se nos dejaron venir con ese otro espejito. Ese espejito... El inventico ese de la semiótica. Ahora cuando la semiótica está haciendo agua o echando babas o es sólo un eco... de Umberto.
Y ¿qué me le hacen ustedes al “Gay Liberation Movement”? Sí, el nuestro, el movimiento criollo. ¡Ahí tienen ustedes otra esquizofrenia bien carnuda! Resulta que ellos, los gay... ¿o serán las gay?... Ellos son los únicos que se están liberando en el lenguaje del amo, en inglés: ¡Gay! Claro que viéndolo bien también ellas, las mujeres, hombre, es que también ellas se quieren liberar en inglés: “Women’s Lib” o será ¿“Women’s Lips? Sí, ellas también se quieren liberar en un idioma andrógino y asexuado como es el inglés, de la ominosa opresión que sobre ellas ejerce el español. Un idioma con géneros como vacío o vacía, bello o bella; es decir, un idioma machista, sexista, dice. Por eso no les haga raro si de pronto se encuentran con una placa que diga: Teresa Mesa, Abogado. Está tan grave la cosa que hasta “Poetas” se hacen llamar ellas hoy por hoy. Y digo grave porque a ese paso nosotros los hombres vamos a terminar de “Poetas” como para empezar a desenredar la pita. Tanto ellas como nosotros, los hombres, que todavía no nos hemos liberado, tenemos un amo común que nos sigue oprimiendo a todos por igual. Aquí todos los hombres y todas las mujeres somos unos oprimidos. ¿O no? Por lo tanto el problema no es entre los sexos. Los mismos asesinatos que nos agobian, las matanzas y el sicariato, donde de paso nosotros los hombres estamos poniendo el 98% de los muertos, son hechos irrefutables a los que no nos podemos asomar con los ojos de la moral.
Los Estados Unidos dicen que el narcotráfico es un problema moral y eso es mentira. ¿No? El narcotráfico es pura cuestión de plata, puro corazón de bolsillo, y como nosotros nacimos en la capital mundial del delito y aquí vivimos, pues también nos ha tocado recibir la disolvente y rumbera y embabada influencia desatada por la incalculable riqueza que ha generado el primer derivado de nuestro fiel café, o sea el perico. Y la incidencia que a nivel pesos ha tenido en los diferentes niveles que conforman el espectro de la producción y los servicios, las ganaderías de reses de lidia y de caballitos de acero. Pero esa es una riqueza ajena y enajenada que produce un progreso ilusorio y suntuario, porque el Corazón de Jesús ya no es el Corazón de Jesús sino el Corazón de Piedra inconmovible, y la mayoría de los colombianos vivimos careciendo de todo aferrados como náufragos al vil tablón de nuestra democracia y de nuestra tan cacareada “libertad de país en desarrollo”.
Para apoyar esta afirmación tenemos el orgullo de exhibir rascacielos con piscinas verticales en apartamentos de propiedad horizontal construidos sobre empinadas laderas. “Una economía que anda bien, en un país que anda mal”. ¡Ah! Y hasta un tren metropolitano tenemos para estirar esta aldehuela a nivel metrópoli. Un tren que es un barberazo en la mitad del rostro de nuestra ciudad como monumento a las formas arcaicas de agresión de nuestros antepasados. Esa es una herida que ya nunca cicatrizará.
Esta macrocefalia que ustedes llaman progreso también se ha reflejado con benevolencia en el clima de la ciudad que ahora es más tropical, más caliente y más doradorcito, y ese nuestro calor seguirá aumentando de temperatura a medida que se intensifiquen las ráfagas de ametralladoras y les aseguro que cada vez florecerán más floristerías y funerarias. De este modo podremos fortalecer la industria de la muerte y generar más empleo.
Al paso que vamos, la tal minita de coca les va a dar a nuestros chicaneros conciudadanos exportadores de productos sicotrópicos precolombinos, la tal minita de coca les va a dar el dinero suficiente para comparar todo el planeta, y parte del Brasil.
(MÁS TARDE. MÁS BORRACHO)
Yo, yo no sé si ustedes también; pero lo que soy yo vivo en un país que siempre ha estado en estado. ¡Sí! En estado de sitio y en estado de coma, punto. Y porque moro y habito y convivo con ustedes en un país que sólo respira púas, pumpines y pompones, les pregunto: ¿Qué sería de nosotros sin los colombianos? En el planeta, sin los violentos colombianos ¿Cómo sería la vida en el planeta? Yo vivo muy agradecido, muy agradecido con los colombianos porque gracias a nosotros nadie en el mundo tiñe mañana ni futuro. ¡Qué levante la mano el que tenga el futuro asegurado! ¿Quién mata a quién aquí, ah? Yo, yo lo único que sé es que aquí están tirando a dar y las balas están pegando muy cerquita. Porque a nivel de violencia si que estamos bien mal. Pero a mí no me vengan a decir ustedes que nuestra violencia es de ahora. No. Nuestra violencia siempre ha sido endémica y letal y está presente en todo: “Se venden obleas y esta casa”, “Hecho en Medellín, Fábrica Nacional de Muñecos”. Y yo no estoy inventando nada. Nuestra violencia siempre ha sido empírica porque aquí aprendemos a matar matando. Por eso nadie tiene la vida comprada. Ahora mismo un sicario podría entrar aquí, pistola en mano, el sicario. ¿Saben de dónde viene la palabra Sicario? Sicario viene del latín “Siccae”, que quiere decir cuchillito, navajita alunada, señoritera arma blanca. O sea que para poder darte muerte debía el sicario acercársete así, así. El sicario tenía que ser tu pariente o tu amigo o tu amante para acercársete así en Roma y hundir su siccae en ti. Por eso los que más suerte tenían podían morir en la cama haciendo el amor y cuando creían que venían, era que ya se iban.
Humm. Y el problema serio es que con la muerte violenta acabamos de un tirón cuatro mil quinientos millones de años de evolución. Cuatro mil quinientos millones de años de evolución de la vida en el universo y de repente: ¡PUMM! Y si el hombre desciende del mono y el mono desciende del árbol y el desnudo desciende de la escalera... (LLAMA A LA MESERA) ¿Dónde estábamos? Ah, sí. En un trepe trepe insondable y terrible de las más abisales oscuridades del tiempo. ¿Cuatro mil quinientos millones de años de evolución para terminar en esto? Yo, lo que soy yo, no le creo a ninguno que me salga en defensa de lo que tenemos. Porque después de cuatro mil millones de años de evolución, lo único que defendemos es este vil segundo que llamamos vida. Y es imposible que cuatro mil quinientos millones de años, los haya inventado la naturaleza para comer papas fritas y salsa de tomate y lavar el carro envuelto en unas bermudas los domingos. ¿Cuatro mil quinientos millones de años de evolución para caer en la democracia, la hamburguesa y la muerte a manos de un sicario? Yo a éste, a este occidado occidente, no le creo ni cinco, muchachos. Ni cinco, ni cuatro, ni tres, ni... ¡Nada! Yo a occidente no le creo absolutamente nada porque occidente es la destrucción, la desolación y el envilecimiento. No por accidente, occidente tiene la misma raíz que occiso, que quiere decir: muerto violentamente. Yo a este occiso occidente no le creo absolutamente nada y por eso ambos están equivocados. Ustedes dos, par de occidentales, están equivocados. Y usted, y usted... ¡y usted también!
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