MORPHINE CURA PARA EL DOLOR (Johnky)

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“I hear a voice from the back of the room,
I heard a voice cry out you want something good”.

Mark Sandman






   La morfina es un analgésico derivado del opio, utilizado frecuentemente para la anestesia, fue bautizada así por el farmaceuta alemán Friedrich Wilhelm Adam Sertürner, y cómo no, en nombre y honor del dios griego del sueño, Morfeo. Pero eso, lector, eso es otra historia. Hoy quiero presentarle otra clase de Morfina, una que se cuela por cada poro de tu piel, erizando vellos, relajando músculos; una droga que asalta los oídos viajando directamente hasta el centro de la calavera, explotando, liberando cualquier cantidad de endorfinas; convirtiéndose en un material tan poderoso y placentero que jamás se podrá abandonar, y como su nombre lo indica, inducirá a un sueño pesado y melancólico; en ocasiones lúgubre y oscuro; sosegado y tranquilo.

   Morphine fue una banda que vio la luz a finales de los años 80s, en medio de la escena “under” de Boston, Massachusetts. Comúnmente catalogada como una banda de jazz-fusión y jazz-rock; aunque su cantante y líder en alguna ocasión llegó a describir lo que hacían como “Low-Rock” o “Fuck-Rock”, nombres inventados por él mismo. El trío compuesto por sujetos de una química y particularidad excepcional: Mark Sandman, Dana Colley y Jerome Deuprre (1989-1993), quien fue remplazado posteriormente por Billy Conway (1993-1999). Hombres que tuvieron la genialidad de encontrarse y formar una banda que desde el principio  llamaba toda la atención, debido a sus muchas particularidades. Tal vez, la característica más extendida sea la ausencia del componente por excelencia de cualquier banda de Rock: la guitarra; aunque ésta es la mínima si de nombrar excepciones se trata, pues Sandman, el cantante y letrista también era el encargado de tocar un bajo de dos cuerdas afinadas en la misma nota, y no contento con eso lo hacía siempre con un “slide”; Colley por su lado, y sin quedarse atrás, llevaba la batuta empleando varias clases de saxofón: Barítono, tenor y en ocasiones bajo, incluso en algunas canciones toca un “saxo doble”, invento del propio Colley. El trío lo conforman un par de bateristas en distintos períodos; ambos de golpe certero, con ese “swing”, característico del Jazz y estando siempre a la altura de la extraña alineación.



   La banda a lo largo de su trayectoria (1989-1999) siempre obtuvo excelentes críticas por parte de los medios especializados, pero nunca, tal vez, el reconocimiento que merecían por parte del público y la radio; claro, su natalicio coincide con el de la era “Grunge”, y esta pequeña banda alternativa, de propuesta distinta a todo ese mercantilismo “mainstream” de la época, fue relegada a las profundidades sonoras. Ellos, lejos del descontento, lo preferían así; escogiendo pequeños lugares para hacer las presentaciones, buscando siempre tener una conexión con el público asistente, pequeños grupos de “distintos” que de antemano o no, conocían, sabían lo que estaban a punto de presenciar. Sumado a todo lo anterior, Sandman, cantante y compositor, sujeto de energía e ideas inagotables, responsable de todo este barullo, cantaba con una voz apagada, casi hipnotizante; letras que él mismo escribía, letras cargadas de poesía, tristeza, nostalgia y recuerdos; letras que evocan el espíritu beatnik de Kerouac, Ginsberg y compañía. Pedazos de canciones viajeras como el mismo Sandman, repletas de ritmos y sonidos que trasportan a bares de sótano impregnados con humo de cigarrillo quemándose en los labios, cubriendo los rostros de toda clase de parias y autoexiliados en busca de una mujer, de olvidar por un rato el pesado paso de la vida, en busca de una cura para el dolor de la triste y gris realidad, del tedio y el desasosiego que aparecen cada mañana al despertar.

   En el corto tiempo que alcanzaron a estar juntos, Morphine lanzó cinco discos de estudio: “Good” (1992), “Cure for Pain” (1993), “Yes” (1995), “Like Swimming” (1997) y “The Night” (2000). Todos de gran calidad en sonido, letras y sobretodo experimentación. Lastimosamente (o tal vez no), esta prometedora carrera se vio interrumpida en la noche de un sábado, 3 de julio de 1999, en Palestrina, Italia, durante la celebración de un pequeño festival, en el cual la banda participaba. Sandman de 47 años cae fulminado por un ataque cardíaco en plena función, justo en el comienzo de uno de sus grandes temas: “Super Sex”. Así, junto a la vida de Sandman, el fuego de la banda se extingue dejando un legado musical invaluable y quizás único.

Póstumamente en el año 2000 sale el quinto y último álbum: “The Night”, el cual había sido editado antes de la muerte de Mark. Dana Colley y Jerome Deupree, integrantes originales, en 2009 deciden reunirse junto a Jeremy Lyons a quien delegan la difícil tarea de remplazar al extinto Sandman fundando el proyecto “Vapors Of Morphine”, y así, interpretar de nuevo en vivo, la música  de la desaparecida banda. En 2011, Robert Bralver y David Ferino sorprenden con “Cure For Pain: The Mark Sandman Story”; documental sobrio y obligado para cualquier adicto a  esta banda que quiera saber un poco más sobre la vida y el mundo de Mark y Morphine. Éste fue desarrollado a través de entrevistas a sus compañeros de banda, familiares, allegados y músicos conocidos; creado a partir de imágenes tomadas de viejas films caseros, presentaciones en vivo o material inédito rescatado de los archivos. En el fondo, las imágenes siempre son acompañadas por la música de la banda agregándole matices y dramatismo.

   Por tanto, no se puede pasar por alto el invitar a propios y extraños dejarse caer en los efluvios anestesiantes de Morphine, porque en palabras del mismo Sandman: “Someday there'll be a cure for pain./That's the day I throw my drugs away”.  

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