ENRIQUE BUENAVENTURA Y SU OBRA PROYECTO PILOTO (Andrés Pérez)
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11:19 a.m.
Andrés Pérez
,
DIMENSIÓN 35
,
Dimensiones Revista Literaria
,
Escritores invitados
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El maestro Enrique Buenaventura
(Santiago de Cali, a los 19 de febrero
de 1925 - 31 de diciembre de 2003) a largo de su extensa labor creativa como
dramaturgo y director de teatro, expone en
cada una de sus obras las diversas problemáticas históricas y socioculturales
de Colombia, que se han venido dando a lo largo de quinientos años de barbarie
y vejación. Problemáticas que configuran los modos de vivir y la cultura de los
pueblos que las padecen. Es así que, su legado teatral constituye una búsqueda
por reconstruir y reconocer estos pueblos, retomando elementos constitutivos
transcendentales de su cultura, que al llevarlos a un proceso creativo vinculado
a las necesidades del momento, establece
la simbiosis entre el pasado y el presente de una nación. Permitiendo generar
con ello el reconocimiento de las identidades que conforman la idiosincrasia
colombiana.
Relacionando lo anterior, el objetivo
de este texto se centra en una de las obras de carácter visionario del maestro
Buenaventura, Proyecto Piloto, obra en
la cual se pone de manifiesto el destino del hombre incrustado en un sistema
devastador, un modelo social que cambia derechos por servicios, produciendo un
puñado de privilegiados y un manojo de marginados. En Proyecto Piloto, los valores de comunidad se pierden y en su lugar
aparecen los valores superficiales creados por la cultura del materialismo. En
esta obra, el dramaturgo caleño denuncia la corrupción de las élites y da a
conocer a la sociedad el desequilibrio socioeconómico, moral y cultural de nuestra
nación.
Antes de pasar a analizar la obra,
aclaremos la definición de ésta:
“Un
Proyecto Piloto es un proyecto de prueba. Puede ser en pequeña escala o de simulación.
Puede ser aplicado a una muestra de la población o sea, tomando un segmento de
lo que sería el universo del proyecto. También puede tratarse de una prueba
experimental, luego se evalúan los resultados, se hacen ajustes y se aplica a
la población general o al total de los destinatarios”.
Ahora bien, el proyecto se concibe en
un club como una forma de combatir a una plaga en crecimiento (las ratas) y a
los ciudadanos contaminados por ellas. Es una plaga desatada por la propia bellaquería
del club, que al ser una clase ociosa se inventa la forma de reproducirla para
exterminarlas, mediante un entrenamiento para una posible guerra que ellos
mismos se inventaron. Sin embargo, la situación que ellos creían dominada se
sale de sus manos, ocasionando una
paranoia en los integrantes del club, los cuales sumándose a un nudo de
intrigas entre ellos mismos, lleva a la debacle de la organización: se matan,
se suicidan o perecen bajo las inmensas mandíbulas de una monstruosa rata que
se convierte en sus verdugos. En medio de toda esa carnicería se mueven
satisfechas y muy tranquilas un grupo de muertes que modifican los espacios,
preparan las próximas escenas, dialogan entre ellas y a la vez hacen el papel
de conciencia de los demás personajes:
-Muerte rata: te gustaría matarla.
-Muerte opulenta: hay una más o menos inocente en la
jaula.
- Muerte de cuello blanco: y otra perversa que te atrae y
te desafía.
Con estas muertes se inicia y termina
la pieza teatral. Una pieza que juega con la linealidad del tiempo pues la
primera escena es el final mismo de la obra: cadáveres esparcidos por el suelo.
Las muertes limpiando el escenario dejando nada más que dos cuerpos: el
presidente del club y su esposa que se incorporan y empiezan a desarrollar los
hechos que los llevará a su fatal destino.
Proyecto Piloto se divide en dos actos
y trece escenas, por medio de éstas, Enrique Buenaventura plasma la cruda
realidad que atraviesa el país en 1991, año de estreno y en el cual se da la
reforma a la constitución (un paso hacia el neoliberalismo). El narcotráfico
empieza a carcomerse la médula de las instituciones, y los movimientos
guerrilleros están en su auge (M19-EPL-FARC). También expresa lo que sucede a nivel
mundial con la caída del Muro de Berlín y la Unión Soviética. De esta forma, el
dramaturgo concibe el mundo del siglo XX así:
“un
mundo desplomado que ha caído sobre nosotros y con la violencia de la sorpresa.
Vivimos en medio de ruinas que nada tiene de románticas como los viejos
tiempos”.
Por lo tanto, en esta obra se
descubren los prototipos de la represión, las víctimas y sus victimarios, los métodos de castigo y resistencia, una
burda burocracia, una contemplativa
clase alta y una vil miseria que prefiere revolcarse en su lodo. Se configuran
estas tres figuras sociales en los personajes de la Muerte de Cuello Blanco, la
Muerte Opulenta y la Muerte Rata. Éstas representan de forma metafórica las
diferentes maneras en que padece la sociedad del siglo XX: muerte por la
negligencia en las oficinas, los préstamos bancarios o los impuestos, la maldad
y violencia de la miseria. Al lado de éstas, se encuentra la Muerte, la común, de los anónimos. Todas
se conglomeran alrededor del club que
les ofrece banquetes diarios de cuerpos y sangre (las limpiezas realizadas en los
suburbios de las ciudades colombianas). Las víctimas del banquete son las ratas
y los “enratizados” que se dejaron
convertir y aceptaron obedientemente su vil condición; pero a la vez maquinan
una posible conspiración, una revolución que estalla violentamente (los
diversos grupos armados de nuestro país, que bajo la idea de justicia, siembran
el terror en los campos de Colombia).
Esta violencia se configura en cada
uno de los personajes de la obra y en las acciones realizadas por ellos a lo
largo de Proyecto Piloto. Por
ejemplo, en el personaje de Marta que
quiere acabar con todos, se observa un afán por saciar su violencia motivada
por la conservación de la especie:
-Marta: ¡por supuesto que no! ¡Hay que matar a las
ratas y a los enratecidos para salvar a
la gente!
Más adelante se acentúa su actitud
guerrerista:
-Marta: No es de querer o hacer. ¡Es una guerra! ¡O
se gana o se pierde! ¡O se muere o se sobrevive!
Por otro lado, aparece la imagen del
trepador, del lagarto dibujada en el personaje de Miguel. Un chico que tras su aparente belleza, esconde un monstruo
de la codicia:
-Miguel: soy un esclavo, pero un día seré el amo.
-Miguel: mira bien. Mira como saco a alguien del
camino.
Está la inocencia e ingenuidad de Rosa que azuzada por Marta y las muertes, termina
convirtiéndose en una más del Club,
es decir, en una asesina. A ella la mata la pena moral, la culpa, que se transforma
en una rata gigantesca.
Aparece el disidente, el descontento
con la razón de ser del club y sus
integrantes: Alfredo, un hombre que
avergonzado de lo hecho trata de enmendar sus culpas. No obstante, como todo
aquel que abre los ojos ante lo que sucede, es considerado un traidor y un
objetivo.
Por último, se manifiesta lo metódico,
estratégico, prepotente y machista en la imagen del señor Presidente del club, quien
siempre cree tener las claves de la solución a los miedos elaborados por él
mismo. Apoyado por su sumisa y temerosa esposa, la perfecta primera dama
dispuesta a obedecer y aplaudir las órdenes de su marido.
A todos estos personajes los envuelve
una telaraña de relaciones amorosas, una intriga que va desarrollando la trama
dramática de la obra. En esta misma aparece el miedo, la desconfianza mutua y
una paranoia constante de convertirse en ratas:
Miguel: mi madre era una santa. Eso sí lo puedo
asegurar…aunque no la conocí…pero no tengo ningún parecido con ustedes… (Va al
“espejo”). Nada de hocico… un bigote correcto, orejas que armonizan con el
resto…
Algunos tienen la franqueza de saberse
más rata que las mismísimas ratas:
-Marta: (va hacia las jaulas) me parezco tanto a
ustedes que matarlas es una especie de suicidio.
La violencia de esta obra penetra al
interior de la problemática del país y plasma los diversos rostros que toma. Una
violencia no vista a través de conceptos pertenecientes a la sociología o la
historia, sino mediante personajes de carne y hueso plasmados sobre la escena.
Es así que, el objetivo de Buenaventura con Proyecto Piloto es desarrollar lo que
para él debe cumplir el teatro ante la sociedad:
“El
teatro debe ser capaz de poner en tela de juicio a la sociedad, y muy
especialmente a la ideología. Debe tener el valor de poner en tela de juicio
incluso a la misma ideología que se pretende asumir”.
El público de esta obra se sentirá inquietado,
notará el conflicto que se está dando y se dará en un mundo deshumanizado. Cerrará
el libro o se levantará de la butaca con preguntas y dudas acerca de qué tan
cerca o distante se encuentra de un proyecto piloto de esas dimensiones y
características.
BIBLIOGRAFÍA
-Revista Conjunto N-22 año
1974 (Artículo: Teatro y Política-Enrique Buenaventura-pág. 90-96).
-Artículo Enrique
Buenaventura: humanista contemporáneo. autores : María Mercedes Jaramillo,
Fitchburg state collage, Betty Osorio, Universidad de los Andes.
-Prólogo a Papeles del Infierno
(el teatro de Enrique Buenaventura: El escenario como mesa de trabajo por
Carlos José Reyes.)
- Enrique Buenaventura: teatro
inédito. Obra: Proyecto Piloto.
- dintev.univalle.edu.co
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