HÁGAME EL HIJUEPUTA FAVOR Y NO TRATE DE AYUDARME (Johnny C.)

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Extroducción 17


"Aquel que afirma que la vida es bella y los hombres buenos es, o bien un imbécil, o bien uno del que deberías tener mucho cuidado.” 

Walter Serner



Hace algún tiempo atrás, quise darle a conocer o sugerir a los lectores de Revista Dimensiones, algunos tópicos para alcanzar la felicidad o por lo menos saborearla por un instante (léalo aquí). De cualquier manera, hay que admitirlo, la vida es una patada en las cuatro letras y muy de seguro, ni esa lista y ninguna otra, podrá darle el elíxir, la respuesta o el bienestar necesario para lograr lo que usted empecinadamente busca, quiere y desea o por lo menos algo que lo haga salir a flote del mar de mierda en el que anda sumergido y se le ha convertido la vida.

De nuevo, como en aquella ocasión tengo que dejar por sentado que las ideas aquí expresadas, corresponden únicamente a mi pérfido pensamiento y no tiene nada que ver con la opinión del resto de personas que conforman la revista. Así que, sin intentar herir susceptibilidades (o tal vez queriendo) daré rienda suelta a la inquietud que por el momento se me pasea por los recovecos de la calavera.  De resto, sírvase usted.

Sí, por mucho que duela y no nos parezca, hay que aceptarlo, nada de eso funciona, ninguna de esas listillas prepotentes y arrogantes o libros de “autoayuda” con los nombres más estúpidamente rebuscados y quemados,  adulando tener  el poder de ayudarlo y sacarlo del abismo en el que se ha convertido su maldita y degenerada  existencia; con sus estúpidas “formas y maneras de alcanzar la felicidad”, o los “cómo hacerse millonario de la a la z”; o los “arriba su confianza, fortalezca su relación con usted mismo y logre sus metas y sueños más deseados”; o los de “actitud positiva, paz mental, cuerpo sano: éxito garantizado” y el resto de güevonadas que ocupan la mayor parte de las librerías con un montón de nombres sonantes y rimbombantes. 

Yo, en este momento, en este preciso instante y sin cobrarle un solo peso, sí, así como lo oye (o leyó) y sin tener que escribir cincuenta mil libros al año, (como cierto “escritor” brasileño, cuyo nombre no quiero ni escribir) voy a darle o revelarle si así lo quiere, el por qué la “literatura de autoayuda” o coaching, no es más que una enorme pila de mierda infecta e inservible.
La verdad, son dos razones muy sencillas, incluso, si usted es una persona astuta directa o indirectamente, ya las puede conocer. Sin más preámbulo ahí les va y “al que le caiga el guante”. 

A ninguno de todos esos funestos personajes le importa de verdad un carajo lo que pasa con usted, un completo desconocido, una persona x, y tan del común que apesta de lo lindo, y si dado este punto,  pretenden alegar altruismo, la ecuación no cambia ya que estos no lo conocen en nada a usted, no pueden saber o entender qué clase de problemas está afrontando en el momento. No nos digamos mentiras, a lo único que apuntan estos señores y señoras con su pseudo-filosofía barata y frases tan cursis que te dejan al borde de vomitar, es a vaciar el bolsillo de la manada de incautos e idiotas que pueblan la tierra. Es decir, usted. Mejor dicho, creen saber de usted más que usted mismo y a punta de palmaditas en la espalda y frases de cajón, lo envían sin misericordia al matadero, al triturador de carne, a la deshuesadora y seguramente, ellos se mueren de risa y se dan la “Dolce vita”, porque en todo esa operación: sí hay alguien que sale ganando algo, y déjeme decirle que no es precisamente usted.
  
La segunda es tal vez la más importante; pero también la más sencilla de entender e incluso de ver. Si usted se da un paseo por alguna librería o por los puestos de calle y libros de segunda y hasta tercera mano, tal vez el 70 u 80 por ciento de libros que encuentre van a ser de “autoayuda”.

¿De casualidad eso no lo hace pensar? Si usted, es alguien astuto, de seguro ya vislumbró la respuesta, ¿para o por qué tantos? Sencillo, si todo lo que esos libros dicen responder, solucionar y de verdad funcionaran  cumpliendo con lo que dicen: no existirían tantos. En otras palabras, existen tantos simplemente porque esa manada de imbecilidades no sirve para nada y a pesar de eso, cada vez se editan más y más de esas cosas dispuestas a salvar vidas, enseñar caminos, liberar almas y afinar propósitos. (Si, como no).



Necesita hacer algo pero no sabe qué.


Usted no es el único inmiscuido en tales asuntos, respire hondo y apriétese el cinturón o lo que prefiera, porque las cosas no van a mejorar pronto por muy caviloso que se ponga y por mucho que se tire de los pelos.
Sí. Estás jodido. Y eso lo sabes. Pero no es razón para perder la calma y arrancarse la piel (o tal vez sí). 

Si aún continúa vivo y en una sola pieza, no piense que todo terminó, porque es mentira y mucho menos crea que pronto dejará de sentirse mal. Lo siento; pero es así. La vida es un constante sufrimiento y eso que muchos llaman felicidad no es más que el espacio entre los vagones de un tren. No existe peor cosa que mentirse a uno mismo, siempre estuvo llevado del carajo y nada de lo que hagas lo mejorará, así que, es mejor dejar de quejarse por todo y aguantar lo mejor posible el envión. Usted no es especial y sus asuntos no son mejores ni peores que los del resto de seres humanos que lo rodean. No coma cuento, esa gente también está jodida, aunque no lo parezca y con la atención que fingen prestarle a sus problemas cuando usted decide expresarlos, sólo quieren sentirse superiores basados en el mal ajeno y hacerle creer que pronto con el tiempo todo empezará a ir mejor: ¡mentira! 

Eso de que el tiempo todo lo cura y pasa rápido, es otra forma que tienen para engañar su percepción de las cosas. Los días, hoy, este minuto es una porquería y a pesar de que quieran hacerle ver lo contario, nadie más que usted sabe cómo se siente y no le queda más remedio que continuar con su asquerosa vida, porque no todos los problemas tienen solución, escasamente algunos, tal vez pocos. Hay que acostumbrarse a que pase el tiempo y tal vez con este llegue algo de aire nuevo que renueve y alivie su sistema circulatorio y mental; a no ser que en algún tiempo de enorme y esclarecedora cordura encuentre en el suicidio la salida a todos los problemas (en ese caso, mis respetos).    

Seamos claros, los libros de “autoayuda” y las listas de consejos en internet (como ésta) no le van a servir de nada, así usted tenga 10, 20, 30 o 40 años. Más o menos, no importa. El tiempo sigue su eterno acarreo y cada vez se tienen menos posibilidades, así que deje de esperar las “10 razones mágicas para lograr ser feliz”, “los trucos sencillos para superar el miedo y triunfar como nadie lo ha hecho”. El fracaso y el miedo son inexpugnables, puede continuar sacando pretextos; pero eso sólo lo hundirá más y mejor. Levante el culo del lugar en que lo tiene anclado y disfrute de su sufrimiento, de los mil y un fracasos que se avecinan. Evite por cualquier motivo la autocomplacencia y siempre tenga en mente, que siempre puede ponerse más feo e ir peor de mal de lo que ya está.   

Recuerde siempre que se siente horrible y angustiado, entonces no tiene motivos para andar sonriendo a todo el mundo. Deje de fingir su miserable estado por bien propio y hasta por el de los demás. Mientras más hosco y parco sea, mejor. Las personas notarán el mal rollo y por lo tanto, si tienen algo de sentido común se irán apartando del camino paulatinamente y en silencio. Mande al carajo a todo aquel que quiera darle consejos y meterle actitud positiva y posibilidad de éxito. Pronto, podrás ver a aquellos que decidieron acompañarle en desdicha como a unos verdaderos compañeros. De igual no importa. Hablarán, se emborracharán y reirán a carcajadas; pero nada irá a mejor. Quizá lo único bueno o malo, será enterarse del número tan escandaloso de hijueputas que decían ser su amigo. 
Si por alguna razón termina absolutamente solo, no hay problema, piense que los amigos no existen o sólo sirven para pedir favores; entonces respire profundo y siéntase tranquilo porque las cosas continúan y es mucho mejor cuando se sabe con qué se cuenta.


Por ahí dicen que “no hay mal que dure cien años ni cuerpo que lo resista”. Así como hoy está sufriendo igual a un condenado, mañana (quizá, porque nada en la vida está garantizado y básicamente porque esta revista no tiene como pagar indemnizaciones por daños psicológicos y morales) va a estar mejor y sonreirá de nuevo. Hay que tener en cuenta que todo tiene un final, entonces está asquerosa racha en cualquier momento puede llegar a su fin. Pero es mejor evitar los triunfalismos, porque también resulta que usted se puede morir mañana o en este mismo instante. Entonces, no dude en ser usted mismo y hacer y decir lo que le venga en gana. 

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