JACK LONDON: Coraje de fuego, voluntad lírica (Urraca)

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Se cumplen cien años de la muerte del escritor Jack London, un hombre aventurero y polifacético. Es reconocido por su coraje, hombría, vigor sereno, experiencia ávida e intrepidez juvenil. Su espíritu fue el del típico aventurero arduo e inconforme. Tuvo una  existencia dramática e intensa y su paso por el mundo fue la de los hombres determinados e implacables. Fue espontáneamente magnánimo,  siempre consecuente y enérgico. 

El escritor fue marinero, corresponsal de guerra, mujeriego, buscador de oro, contrabandista, agitador político, lector voraz, boxeador aficionado, idealista, fugaz estudiante en Berkeley y, sobre todo, un prolífico autor de artículos, ensayos, cuentos y novelas. ¡Sí!, este  índice explosivo y múltiple contiene toda la vida y travesía de Jack London, un hombre con talento orgánico, sangre lozana, una mente rica, una experiencia de vida enorme, y, además, una esencia literata atrevida, como la de Rudyard Kipling o Sinclair Lewis. A continuación, una biografía e historia de vida que echa a andar a orillas del pacifico:

La llamada de la naturaleza:

Nunca tuve una infancia, y me parece que
ando en búsqueda de esa infancia perdida”.
Jack London


John Griffith London nace en San Francisco, Estados Unidos, el 12 de enero de 1876. Su madre fue Flora Wellman, profesora de música y espiritista aficionada y su padre fue William Chaney, periodista y astrologo itinerante. Su padre no le reconoce como hijo y abandona el hogar a los pocos meses del nacimiento de Jack. Transcurrido este suceso, su madre se casa ese mismo año con John London, un lisiado veterano de la Guerra civil estadounidense que tuvo lugar entre los años 1861 y 1865. John conforma una familia con Flora y dos hijas provenientes de la unión de un matrimonio anterior, y da su apellido al niño Jack. El pequeño fue criado por una antigua esclava llamada Virginia Prentiss. Durante su infancia, y después de algunos fracasos como granjeros, los London se asentaron en Oackland. En 1886, Jack inicia sus estudios en la escuela Fairfield y alterna su jornada escolar con el reparto de periódicos. John aprende muy pronto a leer, y lee y relee hasta la saciedad las hojas los Cuentos de la Alhambra escrito por Washington Irving y los dos tomos de La edad de los vikingos de Paul Belloni du Chaillu. Asiste al colegio hasta los 14 años de edad y logra su título de graduado escolar. 


Colmillo y labor salvaje:


"El trabajo lo es todo: es la santificación
y la salvación. Un día entero de labor bien
hecha me producía un orgullo acaso 
incomprensible para los que me lean; 
jamás jubo esclavo tan fiel al trabajo
como yo.”

Jack London





En el año 1889 finaliza sus estudios y abandona el Cole Grammar School de West Oackland, se enrola como aprendiz en barcos de bajura dedicados a la pesca furtiva y al contrabando en la bahía de San Francisco. A la edad de 15 años era ya un hombre hecho y derecho, y prefería gastar su dinero en cervezas antes que en golosinas, no porque no le gustaran, sino porque estimaba que el ingerir alcohol iba más acorde al proceder de un hombre. Jack visitaba asiduamente, en contraste con su vida de contrabando y alcoholismo,  la biblioteca local (Oackland Public Library). A esta vida de  Allí tiene la fortuna de conocer a la bibliotecaria Ina Coolbrith, quien años más tarde sería reconocida como una gran poeta, y con la cual descubre la obra de Herman Melville y Rudyard Kipling. Las otras lecturas que el joven London consumía vorazmente para aquellas épocas consistían, en general, en novelas baratas que le prestaban los peones y en folletos o revistas que lograba al paso. Se ganaba la vida como contrabandista en la bahía y como vendedor de periódicos en las calles, alternando a su vez con un sin número de oficios con los cuales alimentó espíritu de aventura, curiosidad y desvarío personal. 

Comprende de a poco y con su ávida experiencia el peligro que acarrea conseguir dinero de formas tan arriesgadas y al margen de la ley. Luego, sorpresiva e irónicamente, cambia de bando y se incorpora en la policía marítima, en la cual tenía el oficio de arrestar a los que violaban la ley de pesca (la cual conocía y violaba totalmente en su antigua labor). En el año 1892 se vuelve marinero y se embarca directo hacia la costa japonesa y el mar de Bering junto con unos expedicionarios pescadores de focas. Madura deprisa y aprende a boxear de una manera aficionada. Siete meses más tarde, regresa a California. Allí se ganó el sustento paleando carbón en el ferrocarril y trabajando en una fábrica de yute. 

Durante estas épocas, el periódico de San Francisco llamado The Call ofreció varios premios en un concurso de artículos descriptivos y su madre le animó a probar fortuna. Usó como título para su artículo “Un tifón en las costas del Japón” y lo firmó como Jack London. El jurado lo consideró como “el mejor relato descriptivo” y le concedió un premio de 25 dólares. Ante semejante éxito, el naciente escritor pensó decididamente en dedicarse por completo a la literatura. Sin embargo, era demasiado inconstante laboralmente para someterse a un trabajo regular y arduo como lo es la escritura



El vagabundo de las letras:

“Creo en el trabajo regular y nunca he guardado el momento
de la inspiración; mi temperamento es displicente y desordenado,
con mucho de melancólico y, sin embargo, he sabido metodizarme; 
acaso influye en ello mi vida pasada de marinero y quizá sea esto 
mismo lo que me ha proporcionado el orden y la tranquilidad
en mis horas de sueño (…)”.



En Julio de 1898, murió su padrastro John London. En este mismo año, Jack empieza a reorientar su vida hacia la parte académica y literata. Regresa a Oakland e ingresa a la Escuela Politécnica, la cual publicaba su consabido boletín con regularidad. Allí pudo dar rienda suelta a su pluma escribiendo varios artículos, algunos cuentos y varios relatos de la vida marítima y aventurera. Con este impulso, tomó la firme decisión de ser escritor. Tras dejar la Escuela Politécnica, ingresa a la Universidad de California, en la cual aprobó en tres meses los programas de tres años. Pronto abandonó el sueño de adquirir educación universitaria y se dedica a ganarse el sustento con la escritura y con un trabajo en una lavandería. 

El 17 de abril de 1900 ocurren dos sucesos de notoria relevancia para la vida de London: publica una colección de relatos llamada The son of the wolf (El hijo del lobo), con la cual consigue gran éxito; y se casa con una amiga desde los tiempos del instituto llamada Bess Maddern,  una notable mujer que le enseña gramática y corrige sus textos. De esta unión matrimonial surgen dos hijas: Joan (1901) y Bessie London (1902). En el mismo año de nacimiento de su segunda progenitora, Jack viaja a Londres como corresponsal de la American Press Association. Allí se sumerge durante seis semanas en los barrios marginales londinenses para conseguir información de primera mano para una novela social de la cual siempre estuvo y se sintió orgulloso: Gente del abismo (1903). Durante este mismo periodo, dio inicio a una saga de aventuras y proezas de hombres dotados de una nobleza inquebrantable frente a las fuerzas de la naturaleza y de la condición humana expuesta a unos límites de sobrevivencia exigente. Entre éstas resaltan: Los de abajo (1903), El lobo de mar (1904), Colmillo blanco (1906), John Barleycorn (1913), una obra que habla sobre la crueldad y la lucha por la libertad, y El vagabundo de las estrellas (1915), un relato autobiográfico sobre su batalla personal contra el alcoholismo.

Los escritores que ejercieron más influencia sobre él fueron Karl Marx y Herbert Spencer. El primero influyó en algunos aspectos; el segundo, en su totalidad. Las lecturas del filósofo alemán Friedrich Nietzsche le llevaron a formular que el individuo debe alzarse frente a las masas y las adversidades. La contradicción y confrontación “individualidad-colectividad” está constantemente presente en la obra de London. Su escritura posee un vigor primitivo que conmueve y un lirismo acorde a lo que fue su vida aventurera y extraviada combinada con el esplendor de la naturaleza y admiración por lo genuino. 



Jack London, el lobo de mar:


“¿Qué estoy haciendo? En pocas palabras, 
trato de hacer lo que los chinos han hecho 
por siglos: Reconstruyo las cansadas colinas
que fueron labradas y destruidas por los 
pioneros labriegos californianos.”
(Fragmento extraído de una carta suya
antes de morir).



La muerte de Jack London está llena de controversia y polémica. Muchas fuentes antiguas lo describen como un suicidio, al igual que muchos de sus protagonistas en algunas de sus obras. Otras fuentes, sin embargo, desmienten esta versión aludiendo a que es sólo un rumor carente de veracidad. No hay certeza  sobre el tipo de muerte del escritor. Lo cierto es que muere el 22 de noviembre de 1916 en Glen Ellen, California, a la edad de 40 años.

London Publicó más de 50 libros, la mayoría de estos están traducidos a más de cuarenta lenguas distintas, los cuales le generaron grandes ingresos. Algunas de sus novelas fueron llevadas al cine, tal es el caso de La llamada de la selva, Lobo de mar, Colmillo blanco y Martín Edén. Se convirtió en un tipo metódico y, durante su vida adulta y de artista, escribía como mínimo seis horas al día, ya fuese en su escritorio o en medio de una tormenta en el mar. Fue un hombre de extremos y con una soledad sutil en el corazón tal como una isla que se nutre de la fuerza y potencia natural del mar. London fue un pescador de vivencias y aventuras, un buceador arriesgado sumergido en los fondos y recovecos del alma. Comprendió demasiado tarde que la fama y la riqueza no le iban a complacer, una condición innata y coherente a su espíritu de insaciable sed y ávida vivencia. Su vasta obra escrita en apenas veinte años, abarca más de cien esplendidos relatos cortos, media docena de novelas inolvidables, una legión de artículos en periódicos y notables ensayos políticos. Amó la libertad y la aventura, vivió en ellas y nunca renunció a su ideario de constante búsqueda del ser y relación asidua con la naturaleza.




BIBLIOGRAFIA:

- Cabezas Coca, Francisco. “Apéndice”. La quimera del oro. Madrid, Ed. Anaya, 1988.
- London, Charmian. The book of Jack London. 2 vols. New York, 1921.
- Ars Médica. Revista de Humanidades 2008; 2: 241-247













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