SUEÑO EN LOS HOSPITALES (Mb-6v!)
…Sin prisa y sin consuelo, resuelve entonces que su paciente está sano, sinvergüenza. El señor del problema se acerca a su sexto médico, éste supone pero no se atreve. Ya llegando al noveno, casi último en su agonía, entrega todo como culpa del mal de ojo. Así cualquiera resucita, para correr. Decide entonces volver a casa y quitarse su enfermedad. “Los pacientes sólo se enferman de lo que los médicos saben”.
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