Fragancía de la perspectiva
Por: Mb-6v!A Carlos, le cambió la vida aquella historia que meses atrás, había empezado por simple curiosidad. Se convirtió en un devorador de páginas sin fin, condenado a depender desgraciadamente de la siguiente para no morir asesinado por el personaje principal de su infortunio. Su vida se transformó en otra historia que parecía no acabarse tras extensos veranos. Igualmente, Carlos se gozaba cada fragmento como un potencial final estruendoso, sentía como la sangre bordaba las páginas, llegaban a sus yemas mientras pasaba la hoja. A veces, su rostro también era cómplice de los crímenes que presenciaba cuando chisporroteaban los gritos de cada puñalada, eso le agradaba. A Carlos, un día lo venció el cansancio mientras leía, y cayó sobre el libro justo en la página donde huía su criminal, gran error, pues aquel tuvo el libro abierto para saltar y salir por el pie de página; pero… como todos saben, el arte y la literatura cobran equilibrio: cada que canta una nota se inhala un suspiro; así también lo hacen los libros y piden a cambio su personaje. Carlos en medio de su postura indefensa no se quejó, fue absorbido por el impávido remolino de la compensación. Despertó siendo el personaje, y al no huir como dictaban las líneas, fue capturado y debió pagar por semejantes patrañas, que él muy bien conocía. Se lamentó por no haber cerrado su libro a tiempo y evitar que el personaje siguiera acabando poco a poco con aquellas vidas que, ahora mismo, sería la última y empezaba a ser la suya.
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