El puma
Por: Mb-6v!Ochenta kilómetros por hora contra unos veinticinco; el Puma, dorado y jubiloso; el hombre, pálido, casi descolorido; no era común ver humanos por esas densas selvas, pareciera casi un regalo, semejante presa en desvarío. El apetito abrió la boca y delató una tremenda persecución que de nada sirvió. Fue una lástima, no pudo alcanzarlo, era evidente, él de verdad tenía mucha hambre, me lo contó y aún puedo verlo en su rostro.
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