Portada - Dimensión 02, febrero de 2012
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Febrero 29 de 2012
"Producción sin posesión, acción sin imposición, evolución sin dominación"
Lao Tse
"Producción sin posesión, acción sin imposición, evolución sin dominación"
Lao Tse
Editorial 02
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¿VISTE ESTO...ES BISIESTO?
En fechas tan exclusivas como ésta, quizás usted pueda estar pensando en el próximo fin de semana, en “aquella tan anhelada cita’’ o también, ¿por qué no?, pensando (al igual que nosotros), en que definitivamente… “nada importa’’.
‘’Nada importa’’, este pensamiento que en intercaladas ocasiones nos atañe y al cual intentamos opacar, ya sea trabajando, estudiando o haciendo algo de eso que llaman “productivo’’ para poder así, justificarnos y decir que “algo si importa”.
Dados estos términos, podríamos decir que: ¿hacemos y escribimos esta revista, para ocultarnos y no atrevernos siquiera a pronunciar esas feroces palabras que denotan tan alado limbo, “nada importa”? ¡Quizás! Con o sin justificación, aquí estamos otra vez, por segunda ocasión dirigiendo nuestras palabras al mundo en esta fecha tan exclusiva; pero siendo a su vez, un día tan igual como todos.
Y aquí sumergidos en esta gran y ‘’bisiesta aventura’’, damos vida a otra nueva dimensión.
Que, ¿Por qué lo hacemos? Quizás, por vicio insaciable.
¿Por qué publicamos esta ‘’Bimensión Disiesta’’? Tal vez sea morbo.
Igual… ¿Qué más da?, definir o no.
“Nada importa’’…
Sobre la mentira
Por: PsyquestLa mentira es una conducta muy habitual. La vemos todos los días, a todas horas, en todos los lugares, dicha por casi todas las personas e incluso por aquellas que nunca esperaríamos ver mentir, por motivos de razones referentes a su rol o a sus posiciones morales frente a esta manifestación. Por ejemplo, un cura, un policía o un juez. Ellos también mienten. No están exentos de este comportamiento. Y podríamos decir que tiene sentido, porque sería, desde un punto de vista lógico, irracional que no lo hicieran. Y es el acto de mentir, de disfrazar la realidad con lo imaginario, de intercambiar lo real por lo simbólico, a través de la palabra o el silencio; que nos proveemos de beneficios y satisfacciones, que a través de la verdad no hubiésemos obtenido. Entonces es posible que, una de las explicaciones del por qué mentimos, es por un beneficio, que a través de la verdad no podríamos obtener. Y es que, ¿Por qué no decimos la verdad?, ¿Acaso no es más fácil decir la verdad que la mentira?
La verdad está respaldada por el mundo real de la experiencia, donde conoces cada detalle, característica y señal. Cabe aclarar que me baso sobre lo que entendemos por verdad, porque cuando creemos decir la verdad, y resulta no ser esta cierta, esta no se denominaría como mentira. Y es que si no fuese así, no tendríamos ni la más mínima posibilidad de por lo menos discriminar entre lo que entendemos por verdad y mentira. Por lo cual, no sabríamos cuándo somos sinceros o cuándo somos mentirosos. Mientras, la mentira está respaldada por el inestable mundo de la imaginación, de la ilusión y de lo que nunca existió, en el orden de lo real, que hace que sostener una mentira exija un despliegue “total” de activación de habilidades cognitivas, afectivas y comportamentales, para que la mentira pueda resultar exitosa, y el “otro” pueda organizar nuestro mensaje cómo un código que efectivamente, proviene de lo real. Para decir una mentira, es necesario tener la posibilidad de recrear el mundo real en nuestra mente e idearnos una expresión que pueda coincidir con los elementos dados de la realidad, es decir, ser creativo, tener imaginación; pero no solo eso. También hay otro peligro, otra escala en falso que nos puede tumbar el telón del engaño. Es necesario la habilidad de poder “actuar la mentira” (esta del orden conductual), de modo que el otro no pueda identificar nuestras señales verbales y no verbales, que podrían avisar a gritos de que estamos mintiendo.
Así mismo, también existe el requisito del autoengaño, que es particularmente especial, porque lo que busca es, ante todo, creernos nosotros mismos la mentira, traspasar las barreras conscientes y “preconscientes”, si se quiere, de lo que sabemos acerca del hecho, y construir en nosotros mismos una verdad del mismo.
En otras palabras, creernos de tal modo la mentira, que en el momento en que la digamos, sea tan espontánea y natural posible como una respuesta sincera. Es muy interesante saber que, según recientes estudios, el ser humano tarda más mintiendo que diciendo la verdad. Inclusive, le exige más esfuerzo fisico y mental, que ser simplemente sincero.
Aquí podríamos introducir una fructífera frase de Oliver North que nos permitirá ver la mentira desde otro punto de vista: “Si lo que está en juego es la vida misma, tenemos que mentir” Y otra de un anónimo: “Más vale una mentira que te haga feliz a una verdad que te haga llorar”. Estas nos brindan una nueva perspectiva sobre el fenómeno y hacen pensar que la mentira entonces no debería ser condenada, siempre y cuando intervengan factores que nos den pista del cuándo es conveniente recurrir a ella, esto es, cuando consideramos la situación necesaria, y cuando el decir la verdad no produce una consecuencia negativa para alguién.
Finalmente cabe aclarar que, de ningún modo busco encontrar la justificación de la mentira, sino más bien, apreciar desde otro punto de vista el acto de engañar a los otros e invitar a verlo sin prejuicios ni doctrinas morales, un acto tan humano como lo es la mentira. O, ¿Acaso alguna vez no has mentido?
Iluminiasis
Por: RHQuisiera dormir en su frío regazo contemplando por siempre el vacío de su mirar; pero mi cuerpo no obedece al sueño, no se deja atrapar en su telaraña de cristal tejida con babitas de ninfa. Mi cuerpo no es mi cuerpo. Es algo ajeno y lejano que danza locamente entre la muchedumbre de cuerpos sudorosos y drogados, entre la convulsa atmósfera de colores estallando en supernovas. Un cuerpo esclavo de la música, de la droga y el frenesí que recorre cada uno de mis músculos, tejidos y poros. En las venas orgasmos estelares. Todo es acelerado vértigo girando en los ojos, en la cabeza. Siento el vacío, siento caer en éste. Caer a un pozo sin fondo repleto de mil colores y rebosante de extrañas texturas. Siento, y de que forma lo siento, el pum, pum de mi corazón latiendo como tambor de danza ritual en lo más profundo del África. Un corazón que late en la cabeza, en la retina, en la lengua, en los labios, en el vientre, en estos dementes cuerpos que me rodean en sus eufóricos gritos, en esa chica desnuda bañada en luz de luna. La chica que no cesa de llorar su llanto mudo. Mudo como la pena que lleva incrustada en el pecho, ese negro diamante brillándole en la mirada mediterránea que desborda en llanto. “Mónica armónica”. Mi voz no es mi voz, una voz carente de tono, color y olor. Ella no me escucha. Ella mira hacia el horizonte, hacia el lecho en que se aparean la luna y el sol procreando las lágrimas de sus ojos. Ella esta ahí, esperando. Esperando en su soledad de llanto. Camino hacia ella sobre una línea de pétalos secos. Camino sin caminar, un hilo invisible me hala hacia Mónica. Un hilo que se revienta, que es cortado por las balas rezadas de los sicarios. Balas que flotan como pirañas en la negra marejada de olores. Marejada que arrastra cuerpos sudorosos, sangre envenenada, sangre que quema mis ojos, que los ciega. De nuevo la ceguedad. De nuevo el vacío. Mónica armónica se desvanece en mi retina cristalina. De nuevo el pozo y mi cuerpo cayendo en una apestosa charca de orines, vómito y sangre. La luna se deshace en mis labios.
Olas de sonido
Por: Shoegazerestancado en los mismos sonidos, ya no soportaba más. El silencio es placentero, te ayuda un poco a organizar las ideas, a empezar a construir de nuevo sobre ese ser, sobre esa masa que ya eres. Hay momentos en los cuales, simplemente no se quiere tener contacto con nadie, nada de miradas acusadoras, ni reproches por formas de pensar, de hablar, de actuar o de ser. La calle es un lugar salvaje, nadie te da chance de nada, las mujeres parecen seres enclenques que se balancean de aquí para allá sin fin, sin ganas, sin horizonte. Los viejos ¡Ah de los viejos! -trataré en la medida de lo que sea posible evitar esa enfermedad del tiempo-. Con su lento caminar, su eterno mal genio por la vida, por la cercana muerte, su asco por la “juventud corrompida” y su mirada insepulta de miedo, de fin, de deseo escondido, de no querer morir. Los niños, los perros, los burros, contemporáneos, foráneos, curas, creyentes, los no creyentes, los odiados, los por odiar, los otros caminantes. En esencia lo que quiero decir es que, a veces uno no está para ese circo, para ese juego de pareceres, poderes, susceptibilidades, apariencias, que solo buscan algo de ti: poseerte, dictarte lo qué debes o no hacer, cómo y cuándo. A veces es mejor refugiarse lejos de ese aire sofocante, lejos de la presión consumidora-civilizadora, lejos de la destrucción del ser, por la sociedad perfecta que nunca se habrá de alcanzar.
Creo que me desvié un poco del tema, de lo que quería hablar o escribir. Hablaba de la música y su particular manera de poseer o crear el alma, de alimentar el momento, ya sea de sosiego o de completa explosión, de liberar la presión, de brindarle a la cabeza sonidos apabullantes, bestiales, sonidos como para taladrarse el cerebro, o por el contrario, notas que generen un agradable y placentero orgasmo cerebral. Limpias caricias a un ser maltrecho que solo patalea por un poco de espacio, donde tampoco se encontrará a gusto consigo mismo.
Me gusta mucho la música, en especial el “Rock ‘n’ Roll” y algunos de sus muchos derivados que en esencia son casi lo mismo. Poder estar aquí en este momento, en este espacio, poder oír “Pink Floyd” y sentir la vibración de la guitarra y la magnífica ambientación de los teclados. Me gusta “The Doors” y su inconfundible sonido, su enigmática voz que aúlla desde las cavernas más profundas. Me gusta “Nirvana” y la manera como rasga mis días en pro de un tedio absoluto que es imposible sacarse de encima, entre otras; yendo desde “Radiohead” hasta “Coil” o desde “Black Sabbath” hasta “Tool”. La mayor parte del tiempo, la paso oyendo música y en casos como el mío, donde mis pérfidos oídos piden incesablemente nuevos sonidos, navego horas y horas en la red, buscando nuevas olas que me transporten a ese sin fin de lugares, a esos recónditos rincones de la imaginación.
Hace algún tiempo en medio de la noche, en un blog de esos que tanto abundan en internet; me encontré con un pequeño listado de bandas cuyos nombres se me hacían totalmente desconocidos, lo cual, no me extrañó puesto que bandas de rock hay muchas regadas por todo el mundo y para todos los gustos. Lo que sí me pareció raro o llamativo fue la manera o forma como etiquetaban dichas bandas. Las llamaban “Post-rock”. ¿Post-rock? Mierda. Y por qué diablos “Post-rock”. La verdad nunca había oído sobre tal término, así que decidí investigar un poco y lo que empezó como un simple test, terminó por volverse una frenética carrera por ahondar más y más. Como todo hijo del rock fue evolucionando hasta la posición donde se encuentra hoy: totalmente instrumental (en algunos casos hay voces, aunque muy reducido su espacio) y de sonido atmosférico, por momentos tranquilizantes y en otros explosivos, llenos de matices y efectos desgarradores, luces brillantes que destilan fuego para al final apagarse y renacer con la siguiente “track”. A fin de cuentas instrumental, pero totalmente elocuente, contador de historias en dos o cinco minutos y simplificador de vidas en doce. La mayor parte del tiempo te invita a soñar despierto, aunque dependiendo del estado de animo puede también brindarte un rápido descenso hasta la depresión. Yo no creo que sea depresivo, pero tampoco “happy”. Es simplemente música que invita a ser escuchada a un volumen moderado (si es con audífonos mucho mejor). El aspecto sobresale cuando caminas por la calle o viajas en bus, pero definitivamente en la oscuridad de tu habitación es donde realmente toma su hermosa estética.
Aunque, es un género bastante “underground” tiene amplia gama de bandas y seguidores. En mi repertorio musical, tengo unas cuantas bandas, todas con un algo especial. Algunas un poco más experimentales como “Singur Ros”, “Múm” o “Amiina”. Otras más ambientales como “Hammock”, “Slow Six” o “Do May Say Think”, otras de tinte más metal como “Russian Circles” o “Pelican”, entre otro puñado de bandas de hermosa contextura que van desde el sonido sublime hasta ascender en espirales cósmicas en un deleite armonioso como “Explossion In The Sky”, “65 Day Of Static”, “The Best Pessimist”, “Johnnytwentythree”, que se han ido convirtiendo poco a poco en mis favoritas.
La música se ha convertido en la religión por excelencia, no importa el tipo o género; no importa si es otra forma del sistema para imponer control; no importa el estatus, ni la raza o el sexo. Además, ésta se arraiga en algún punto de nuestra vida para salvarla un poco de su monotonía, de su asquerosidad, del tedio y la soledad.
Las sombras de lo invisible son visibles
Por: UrracaAquel hombre lloraba a raudales. Siempre quiso demostrarles que podía ser invisible.
Cuando lo logró… ¡Nadie se percató de ello!
Serpiente II
..¡Y golpean a las puertas del cielo!
San Pedro exhaltado sale a atender el llamado.
Era Lucifer, cobrando el alquiler.
Convergencia
Por: Mb-6v!Ayer mientras caminaba a media luz, me sentí abrazado por la compañía fiel del amigo de mi sombra.
SINFONÍA EBRIA DE ANTAÑO, Arreglo contemporáneo. (Mb-6v!)
Por: Mb-6v!
Ocurren los cielos desvanecientes,
Se hunden las paces por los terrores humanos,
Se habla la sensibilidad al paso de todos los disgustos,
Todos los muertos:
¿Nadie?
Hablan las paredes desdoblándose en instinto,
Marginan las cuestas de su presa,
Los espejos tienen el lenguaje de lo más inmóvil,
Hay una fiesta allí donde tú lloras
¿Nada para ti?
Se empaña tu retrato,
Es sepia retrato,
Ya no te llamas,
Todo es tan mecánico.
Se persignan los abuelos,
Nevadas son las costas
Tan singular el ocurrir
Tan “vidas” las mismas.
Danza la trivialidad,
Canta la monotonía:
¿Todo es un viaje hasta la muerte?
A veces predecir el karma,
Porvenir plaguicida,
No hay a veces porque...
¿Serás entierro, lo profundo del mar o abismo en acantilado?
Cualquier rincón que no importe puede ser uno,
Será tarde para estar vivo,
Para amar o lo que sea.
Darte igual.
La muerte
Por: Johnny C.-Mamá ¿la muerte se puede ver?
-no mijo, ¿por qué lo preguntas?
-entonces ¿qué está cerca del abuelo?
Arrepentimiento
Por: Johnny C.En un ataque de furia rompe el vaso contra el suelo, siente algo de alivio. Luego siente mucha sed.
Sol de buenas noches
Por: Mb-6v!Amanece el hombre desde su ventana, esperando la noche, la lluvia; esperando los pájaros, las formas extrañas de las nubes, los crepúsculos sepia de la montaña; esperando las infantes risas que se embuten por las aberturas metálicas, los regaños de la madre, la reincidencia en voz de un “no lo hagas, por qué lo hiciste, no debiste”; los sollozos sentidos de algún frustrado, los gritos, los ruidos, los maltratos de la vía circunvalar; esperando los gases, humos y poemas, de los autos, camiones y bohemios; la sangre en vapor y vertical entre su culpa…
Esperando… Ya olvidó su libertad.
EL QUIRÓMANO ALBOROZADO (Mb-6v!)
![](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi1VkI9YglgEDurv0WN194h1l3RtB2OspNpc3nmlUdqReuaucEasvrJjKzq2pR7nu0ZH5QCwhgSLbRL44f62YNkmijuCYJU5EJWo69XIKzpa6SnQ1-4Hc1JQpgdi1KKi_i8RGarL3OeAF4/s320/horrorvacuibowles-copia+httpnovedadeslorsil.blogspot.com.jpg)
Desde luego aparecía cada mañana, muy de madrugada. Se manifestaba con una corta y honda luz que al verla cegaba los pasos al desvarío. Brindaba escalofrío, un tanto de temor inválido, nada que pensar, todo que abreviar.
Se acercaba pronta y burlonamente a su mártir y a dos latidos el sentir se desvirtuaba: él dejaba de ser eso y uno dejaba a un lado lo humano, cuando lo conseguía adquiría en su persona dos manos añadidas como a la fuerza, que hacían un nuevo juego con sus otras tantas, conseguidas quizás con la misma ardiente tortura. Terminaba despidiendo una a una, y uno frío iba entendiendo el porqué de su sonrisa, al dejarme sin abrazos.
Sonrisas en un tiempo imperturbable
Por: UrracaAquí comienza otra maldición…
la tuya, la mía, nuestra propia maldición.
Después de tantos años de vigilia,
abstinencia y sed.
A través de esa larga senda, loca, vana
y desolada tumba del tiempo.
¿Qué amanecer verás? ¿Qué ocaso contemplarás?
Hoy estás más ciego que nunca.
No es solo la ceguera, es también, esos viejos hábitos,
las memorias, los enigmas, las viejas canciones.
Tantas calmas interrumpidas sin auxilio,
tantas charlas de la muerte absoluta.
He aquí la maldición, la tuya, la propia…
Enjaulada entre hierros, bajo el candado del antaño.
¿Correremos? ¡Quizás resbalemos por los peldaños!
¿Callaremos? ¡Quizás nos ahoguemos de incertidumbre!
Los pensamientos, sentimientos y alegorías,
han marchado ya, al latir de otro tiempo.
Eterna comunión
Por: Andrés PérezDe la eterna comunión
de la carne con la soga
de la soga con el cobre,
germina la voz del tiempo a cada instante.
Ese mínimo instante única frase de cristal,
hecha tonalidad de lumbre marchita,
serena emigra de la garganta profunda
a medir, cuál invento del hombre,
el ominoso vacío de este ser pensante.
Incertidumbre contemplativa
Por: Andrés PérezMientras declina el día en fulgurantes arreboles
y en melancólicos trinos las aves buscan sus nidos,
nosotros en espíritu conturbado comulgamos los últimos
rayos de este sol que envejece a diario.
Sol que desfalleces en el ocaso
y en otros llanos, en otras montañas
en otros tejados, rostros y miradas
que comulgan el rayar del alba en espiritual reposo,
destilas tu lumínica trascendencia en ese acuario.
Acuario tridimensional de purpureas aguas:
Aquí nosotros, allá otros y mas acá aquellos
sintiendo que pasa el tiempo
en el danzar de las sombras
en el natural susurro de las hojas
y en las efímeras palabras que entona el viento.
Sintiendo que pasa el tiempo
ondea en lo alto del acuario el zafiro del viento
y el viejo péndulo forjado en cobre
oscila entre la oscuridad y la luz de lo eterno.
Las sombras danzan al crepitar del fuego:
Él se encadena, cual Prometeo, a la realidad
yo me embarco, cual Virgilio, en el sueño.
Mientras vuelan despavoridas de mi pecho
las preguntas de cada día:
¿Qué será mejor? ¿Estar allá, estar acá?
O ¿no estar en ningún lado?
¿No ver la luz ni la oscuridad,
simplemente desconocer la existencia de todo?
¡Negar la realidad!.. ¡Entregarse a la nada!..
Pero… ¿Es este mágico crepúsculo lo real?
Y mas allá de esa retina incandescente esta la nada.
O ¿Dónde están ambas?
¿En el mar, en el firmamento?
¿Dentro o fuera de mí?
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