EL QUIRÓMANO ALBOROZADO (Mb-6v!)

No hay comentarios.

Desde luego aparecía cada mañana, muy de madrugada. Se manifestaba con una corta y honda luz que al verla cegaba los pasos al desvarío. Brindaba escalofrío, un tanto de temor inválido, nada que pensar, todo que abreviar.
Se acercaba pronta y burlonamente a su mártir y a dos latidos el sentir se desvirtuaba: él dejaba de ser eso y uno dejaba a un lado lo humano, cuando lo conseguía adquiría en su persona dos manos añadidas como a la fuerza, que hacían un nuevo juego con sus otras tantas, conseguidas quizás con la misma ardiente tortura. Terminaba despidiendo una a una, y uno frío iba entendiendo el porqué de su sonrisa, al dejarme sin abrazos.

No hay comentarios. :

Publicar un comentario