ORGULLO, PREJUICIO Y ZOMBIS. UNA NOCHE MIRANDO LA T.V. (Johnny C.)

No hay comentarios.
EXTRODUCCIÓN 01


Hace un tiempo me encontraba mirando la televisión ya que, es una de mis aficiones favoritas para perder el tiempo. Con esto no quiero decir que ver televisión sea completamente malo, a no ser que te la pases mirando MTV o el canal Enlace todo el maldito día. ¡Eso si es perder el tiempo! Lo cual no significa que si ves Animal Planet o Discovery Channel sea aprovecharlo completamente. Aunque, con algo de atención y gusto se puede aprender una mínima cosa.

Mis gustos televisivos varían según el día y la hora, si es en la mañana, definitivamente prefiero la T.V. apagada; en la tarde, la decisión es la misma, dado a que no transmiten absolutamente nada bueno, aunque a veces me gusta sentarme a ver algún partido de fútbol, en especial si es de la Champions y solo siempre y cuando haya un gol en los primeros quince minutos, si esto no sucede se me hace tan aburridor como un partido de Tennis o tan tedioso como uno de Baseball y eventualmente termino apagando la televisión y buscando otra cosa que hacer; en la noche, definitivamente lo único que podría dejarme atado a ésta, sería la presentación de una buena película, y como buena película no me refiero a la mierda de Crepúsculo o Avatar. El problema esta justo ahí, en la televisión solo pasan eso y como otra veintena de películas del mismo tipo o estilo. Por esto, en la noche tampoco veo televisión; de ahí que una de mis aficiones favoritas para perder el tiempo sea el “Zapping”. Esa deliciosa pero a la vez perturbadora (para alguien que me este acompañando) manera de ver y no ver televisión.

Cierta noche practicaba mi deporte favorito y por casualidad me topé con un capítulo de la serie “The Walking Dead”. Sí, esa del conocido Apocalipsis Zombie en la cual, a un puñado de no infectados les toca pasar por las verdes y las maduras tratando de sobrevivir. No soy aficionado a esta serie, pero confieso haber visto la primera temporada y que el largo tiempo entre el final de la primera y la emisión de la segunda, fue suficiente para que perdiera el interés por ésta. Entonces, fiel a mi manera, continué con el cambio de canales lo cual, me llevó a otro en el que estaban pasando
“Pride and Prejudice”, la película basada en la novela del mismo nombre y una de las obras más importantes de la literatura mundial escrita por la inglesa, Jane Austen. Una novela romanticona transcurrida en el siglo XVIII, repleta de largos vestidos, grandes salones, tazas de té, campiñas verdes y extensas, ostentosas mansiones de campo, bailes comunitarios y mucho dialogo sobre el amor, las primeras impresiones, las conjeturas y sobre todo: el matrimonio.

De nuevo seguí con la importante tarea de pasar canales (por lo menos para mí) no había problema, el libro lo leí hace ya bastantes años, no sé por qué; y la película, si no estoy mal y no me falla el recuerdo, la vi el año antepasado, igualmente, sin saber por qué; tal vez sea por esa curiosidad que te embarga en cuanto te enteras que tal o cual libro tiene película o porque la protagoniza Keira Knightley o simplemente (y creo que es la opción ganadora) porque no tenía más por hacer.

A estas alturas creo que usted lector(a), se debe estar preguntado a dónde quiero llegar con todo esto. Bueno, analizando un poco más la situación. Tenía lo siguiente: Orgullo y Prejuicio y Zombis. No, no se me están cruzando los cables, ni las ideas. Simplificando, tenía la película y una serie sobre muertos vivientes, fue ahí cuando mi podrida memoria hizo su trabajo y envió de nuevo a mi mente: orgullo y prejuicio y zombies, el libro. Sí. Créalo, una atrayente propuesta de reescritura sobre este clásico de la literatura; pero atiborrado de horribles y hambrientas hordas de innombrables que pululan por todo Londres y por supuesto por la adorada y calmada Meryton, dándole un problemita más, al ya de por sí conflictivo amor entre los protagonistas; que a parte de luchar contra el prejuicio de clases y doblegar el orgullo propio, tienen que vérselas tanto en bailes populares y de presentación como contra putrefactos zombis no muy amistosos.

Los más conservadores lo podrán ver como un irrespeto, como una profanación (deliciosa palabra) a un libro tan influyente en la historia de la literatura como éste. Para mí, simplemente es una de esas estupideces geniales que se pueden encontrar. No digo que lo deba leer; pero si tiene la oportunidad. ¡Hágalo! Es una propuesta bastante divertida y ocurrente que le hará pasar un buen rato.

No hay comentarios. :

Publicar un comentario