MONTAÑA COLORETE DESDE LA SILLA IMAGINARIA (Mb-6v!)

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Un hombre sube una montaña, no espera encontrar algo allí arriba, pero será agradecido a la sorpresa. Camina lento como su sacrificio por madrugar, encuentra primero un amanecer en la cima, cientos de pájaros batiendo los rayos e imponiendo aparatosas sombras en el descenso. Los búhos entregan su turno a las alondras, hay coloquios entre animales que no se entienden; pero no deben ir más allá de los planes por sobrevivir.
Ascender solo, como comprar una ausencia, sentirse lleno e inquietado de sí mismo, hacer de lo oscuro un distante deseo, ser reo vocacional en el intento, transpirar, ser viento, altitud, lluvia sin techo. Estar en lo alto como es el ego, vuelo de pájaro en pleno invento, recrear la historia de un mundo verde y ajeno, creer y salvar lo que está viendo. Está seguro de su cabeza hasta dejar de verla. Cae la perla marquesina y derrama su descenso, ahora más a prisa como su sueño. Más despierto como su cursado viaje y envuelto aderezo.
A nadie se le ocurre hoy, si es de noche, amortiguar el pensamiento, pintar el cielo. No se conforma con existir y estar contento, aspira inventar palabras que inventen, que muevan y trabajen por él al estar quieto. Una silla le descansa el cuerpo y desfonda el imaginario epicentro.

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