MECENAS DEL GUIONISTA (Don colombiano)

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Hace poco vino a visitarme uno de mis queridos sobrinos, el que sacó los genes defectuosos de la familia porque se las da de escritor y aspira a la bagatela de ser Artista. Y para colmo de males en su aspiración le debía ayudar Yo, su tío Don Colombiano, quien tiene tanto reconocimiento e influencias en las altas esferas, según dijo el muchacho. A modo de respuesta a su petición y queriendo bajarlo de la nube en la que gravitaba le respondí: “dedíquese a otra cosa, porque de la escritura solo puede sobrevivir si tiene el talante de los maestros Paulo Coelho, Walter Riso, Og Mandino, Papa Jaime o el Padre Alberto Linero, grandes pensadores del siglo XX dignos de ser leídos y empotrados en el panteón de las letras; algo que es imposible para usted  porque le falta lo más importante, sabiduría, eso se adquiere con el paso del tiempo y el buen vivir”. Al instante cayó de la nube cuál pájaro fulminado por un rayo, no obstante no quise dejarlo en semejante estado y le ofrecí otra opción a la conquista de su pobre sueño. También puede escribir guiones para las televisoras nacionales y quizás las internacionales. La industria televisiva permite un rápido ascenso en su jerarquía y además garantiza la prosperidad multimillonaria, y tal vez en menos de lo que canta un gallo esté pisando Hollywood. El joven no pudo ocultar el entusiasmo que embargó su rostro y con una inmensa sonrisa en su carita pecosa dijo: “¿Tío, podes hablar con los del canal?” Y así fue, a los tres días estuve charlando un buen rato con el presidente de ambos canales y a las pocas horas le confirmaba a mi sobrino la buena noticia: adelante  con el guión. A los pocos minutos el muy arrastrado se presentaba en mi casa para que le ayudara a escribir el susodicho guión. Cómo decirle que no

Empezamos por revisar la parrilla de la televisora y encontramos que las telenovelas son lo más ofrecido, después vienen los Realities, concursos millonarios y magazines, y por último películas repetidas hasta el infinito. Así que, debíamos escribir la historia de una nueva telenovela; pero evitando los lugares comunes para hacerla diferente y atractiva. De entrada descartamos el melodramático esquema de La Cenicienta, La Dama y el Vagabundo, La bella y la Bestia, Tío Rico, entre otros. No queríamos escribir una telenovela, en la cual la niña pobre se enamora del niño rico y al final terminan felices, o del hombre salvaje y de la recatada dama que termina domesticando al salvaje. Pero no se nos ocurría nada diferente. Existía la posibilidad del género Narco-novela muy atractiva en estos días de tanta sequía escarlata y cuyo formato ayudan a dignificar figuras históricas del Narco y empotrar los valores del polvo blanco en la sociedad moderna. Dicho género seducía, podría hacerse la historia del Cartel de Cali, extrañamente nadie lo ha hecho. Enseguida noté el peligro de dicha empresa y la descarté. Quedaban los Realities y la Novela-Estatal. En cuanto a la Novela-Estatal, del estilo hombres de acero, corazones valientes, tropa elite, permitían dejar bien en alto el nombre de las autoridades militares y policiacas del país, y eso sin mencionar el jugoso patrocinio que da el Ministerio de Defensa por dichas producciones. Entonces dije a modo de título: “los héroes si existen”. Y el sobrino, en su mayor estupidez agrego: “falsos positivos”. Ya que había abierto la boca en todo el día quise saber qué opinaba sobre los Realities. El idiota se inspiró, soltó la idea de un Reality en el que estuvieran encerrados en una casa con todas las comodidades posibles, desmovilizados de las FARC y AUC, en una convivencia que generaría tensiones, revelaría secretos nacionales, y creación de romances que mantendrían a la gente conectada al televisor, con el agregado que se permitirá el comodín de la violencia, factor primordial para atrapar audiencia. El ganador del programa, elegido democráticamente por el pueblo, se convertiría en el próximo presidente del país. Era una buena idea y la escribió tal cual. Al final del día, fatigados de tanto pensar y después de tomarnos un tinto que sirvió la muchacha de servicio, terminamos enviando tres guiones, el melodrama En Busca del Amor Perdido, a petición de la sirvienta, quien además regaló la idea. La novela-estatal Alvarón: Héroe de la Patria (idea de su servidor, Don Colombiano) y el Reality Show contienda presidencial. A los pocos días el canal RCV confirmó el visto bueno a los tres proyectos y su respectiva producción. Ahora sólo esperamos que nos paguen y nos den la fama que se robaron.

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