TIEMPO (Urraca)

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Viajé tanto tiempo solo, que en un momento preciso, me di cuenta que mi único compañero de viaje, era el Tiempo. Tiempo no se apartaba de mí, me seguía donde yo fuera. Un día harto de su presencia, desande mis pasos y huí hacia atrás, para hallar ese momento en el cual había visto la cara de un hombre por última vez. A pesar de la gran amargura por devolver mis pasos, me aventuré asustado y expectante con tal de hallar otro ser de mi propia condición. Tiempo, como buen colega de vida y viaje me acompañó en ese mismo trayecto que en el antaño habíamos recorrido. Cuando encontré a los hombres actuales, ajenos a la época en que les abandoné, noté que Tiempo era también coterráneo, amigo y presente en ellos, ande por toda las ciudades y abrí todas las puertas; Tiempo dejó su huella en todo lo existente.
Ya no busco pues hombre alguno en mis viajes, ya no amo pues al hombre ni busco compañía en él. Con mi amigo Tiempo, quiero reparar la amistad y compañía a la que él, extrañamente llama presente, de la historia que a veces trato de ignorar, Tiempo me dice esa fue nuestra juventud, que se llama Pasado y que allí debe quedar, y que nuestro próximo destino aun está sin fijar, que envejeceremos en el camino, y aprenderemos mucho más, Futuro nos intimidará; pero jamás nos deberá preocupar por su accionar.
Ya sin preocupaciones sigo mi andar, mi buen amigo Tiempo, todo a su tiempo me lo dará.

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