DECESO, OLVIDO NECESARIO. QUIERO UNA CAJETILLA DE AMNESIA, MIENTRAS MUEREN DE TIEMPO EN UN VIEJO HOSPITAL DE LUNA LLENA

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EXTRODUCCIÓN 02

"Ejercicio realizado con apartes de algunos escritos que componen ésta edición"


De nuevo aquí, otra vez en el mismo rústico y desolado hospital, otra vez  atada al mundo de los incomprendidos, de nuevo prisionera de las dudas que me persiguen con un reloj en su espalda.
Cuando eres pequeña simplemente nada importa; cuando creces lo único que importa es arrebatarle a la vida momentos de inocencia y despreocupación medida.
Con mi amigo Tiempo, quiero reparar la amistad y compañía a la que él, extrañamente llama Presente, de la historia que a veces trato de ignorar, Tiempo me dice esa fue nuestra juventud, que se llama Pasado y que allí debe quedar, y que nuestro próximo destino aun está sin fijar, que envejeceremos en el camino, y aprenderemos mucho más, Futuro nos intimidará; pero jamás nos deberá preocupar por su accionar.
Cada vez lo hace igual, casi a la misma hora, solo que particularmente y con frecuencia olvida el número de destino y la información confirmante llega a cualquier lado, llega.
El humo trepa como el silencio a su boca, así como sin gana queriendo otra cosa, ata a su cuello una corbata tan fina como el odio y se avienta a salir desmedido, para llegar consumido.
Mientras callo... Mientras pienso, la rutina de los días, el escondite de mis secretos, la distancia de mis sueños... Quisiera saber qué existe más allá de los seres que rodean mi mundo y que recrean mi mundo pintoresco y a la vez lo atormentan, lo convierten en un mundo en el que existe un bufón que tiene mil voces que se contradicen una, otra y otra vez... Pero al final me doy cuenta que ese bufón se desvanece y se convierte en un conjunto de mariposas que habitan mi estómago. ¿Estaré enamorada? Dominada por la idea de construir historias, mil ideas inundan mi mente y todas quieren salir al tiempo. Espero no estar pensando discordancias.
Me gustan las flores; pero las que están en el campo y crecen y se mecen con la brisa mientras resplandecen al sol y son ese pequeño oasis de frescura y belleza sobre la alfombra verde que precede a las montañas invitándote a dejarte caer y tomar una siesta mientras la bóveda celeste cumple con el ciclo azul de la escala cromática.
No me concentro… ¿Hedonismo?, ¿Nadaísmo?, ¿Existencialismo?... ¿Qué podrá ser lo que estoy viviendo en este momento?... Quizás solo amor, o quizás estoy entrando en ese éxtasis de construir por placer réplicas de las muchas personalidades que puedo llegar a tener... Al fin y al cabo, tengo tiempo para eso, no hay mejor forma de pensar que hacerlo en un lugar en el que te obliga solo a pensar… ¿En un hospital?… No, en un lugar triste de reclutamiento.
Tiempo, como buen colega de vida y viaje me acompañó en ese mismo trayecto que en el antaño habíamos recorrido.
Pero ¿Por qué será que esta damisela ante mí ahora se rinde? Será porque quizás descubrió que es tan corto el amor y es tan largo el olvido en vuestra vida; que es tan improbable, tan solo un quizás.

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