NUESTRA NECIA EXISTENCIA (Andrés Pérez)
Unknown
10:17 p.m.
DIMENSIÓN 13
,
Dimensiones Revista Literaria
,
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“El temor del Señor es el principio de la sabiduría. Los necios desprecian la sabiduría y la disciplina”.
(Proverbios 1: 4)
(Proverbios 1: 4)
Todo lo creado por el hombre- quizás por su condición intrínseca de ser finito, limitado y caduco- tiene fecha de nacimiento y muy posiblemente también de caducidad. Y como el hombre es pasionalmente egocéntrico y vanidoso, se vanagloria hasta las máximas futilidades de sus creaciones, sean estas agradables o aberrantes, conmemorándolas con gran alborozo de risas o lágrimas. Grandes aniversarios de todas las cosas inventadas por la mente, de todos los sucesos históricos ejecutados por la mano del hombre. Cuántas hazañas para ser recordadas en su día, cuántos descubrimientos para ser conmemorados. A todo le damos una fecha para irlo envejeciendo aniversario tras aniversario y perpetuarlo en la memoria colectiva como inamovibles estatuas de bronce, erigidas en honor a nuestro espléndido ingenio humano. Cien años de aquello, cincuenta de esto. Se exhuman personajes ilustres, muertos, sobrevivientes. Se desempolvan los consabidos relatos y las desgastadas anécdotas para hacer del aniversario algo inolvidable.
Este egocentrismo de celebrar, conmemorar, forma parte esencial de la máxima característica que define a todo ser humano: la necedad. Somos espléndidamente necios… renecios. Sin una mínima dosis de necedad somos incapaces de hacer algo, de llegar a donde queremos o no queremos ir. De hacer las cosas de otra manera, de retorcer la lógica establecida, de ver el mundo al revés. La necedad es el motor de la vida, porque no esta muerto el que aún necea, el que sabe que se va a estrellar pero continua hacia adelante o el que se desvía del camino colectivo para emprender otro por sí mismo en lo desconocido. Cada quien la asume en su modo de vida y hace de ésta una completa necedad, porque para soportar la simplista monotonía de la vida hemos de poseer una alta dosis de esa máxima característica, que nos ayudará a llevar el absurdo existencial.
Correspondiendo con nuestra execrable naturaleza de seres necios y el egocentrismo de celebrar lo creado, no hemos de pasar por alto el primer aniversario de Revista Dimensiones; pero tampoco se ha de profundizar demasiado en semejante hecho llenando las siguientes líneas con inexistentes anécdotas, relatos o hablando de todo lo realizado o no a lo largo de estas doce ediciones. Eso es algo que pertenece a reingenierías empresariales o académicas que publican el cumplimiento de sus logros en el año, en maravillosos informes públicos. Por lo tanto, solo resaltaremos el hecho de haber logrado llegar a nuestro primer año de publicación constante, pese a los inconvenientes internos y externos, a la sordera y ceguera colectiva que prima en la sociedad, a tantas cosas hemos llegado a nuestro primer aniversario y eso obedece -gracias o desgraciadamente- a la alta dosis de necedad que poseemos. Y por esta misma NECEDAD, que nos impulsa desde adentro, continuaremos este segundo año publicando ante todos los pesares que se interpongan en el camino. Porque preferimos la necedad de perder el tiempo escribiendo cosas que quizás nadie lea, a la necedad de pasar todo el día con el trasero clavado a un sillón viendo televisión. Porque elegimos jodernos la vida con la necedad de soñar otro mundo, que con envilecernos en la monótona necedad de la vida. Porque elegimos la necedad de ir a contracorriente y emprender otro camino estrellándonos conscientemente, que continuar de forma inconsciente hacia el vacío. En fin, preferimos continuar por encima de todo que interiorizar el derrotismo social imperante. Revista Dimensiones manifiesta un año más de necedad.
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