PORTADA-DIMENSIÓN 13, enero de 2013
Enero 30 de 2013
"Conócete a ti mismo y conoceras el universo y los dioses"
inscripción en el templo de delfos, Grecia
"Conócete a ti mismo y conoceras el universo y los dioses"
inscripción en el templo de delfos, Grecia
NUESTRA NECIA EXISTENCIA (Andrés Pérez)
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10:17 p.m.
DIMENSIÓN 13
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Dimensiones Revista Literaria
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Extroducciones
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“El temor del Señor es el principio de la sabiduría. Los necios desprecian la sabiduría y la disciplina”.
(Proverbios 1: 4)
(Proverbios 1: 4)
Todo lo creado por el hombre- quizás por su condición intrínseca de ser finito, limitado y caduco- tiene fecha de nacimiento y muy posiblemente también de caducidad. Y como el hombre es pasionalmente egocéntrico y vanidoso, se vanagloria hasta las máximas futilidades de sus creaciones, sean estas agradables o aberrantes, conmemorándolas con gran alborozo de risas o lágrimas. Grandes aniversarios de todas las cosas inventadas por la mente, de todos los sucesos históricos ejecutados por la mano del hombre. Cuántas hazañas para ser recordadas en su día, cuántos descubrimientos para ser conmemorados. A todo le damos una fecha para irlo envejeciendo aniversario tras aniversario y perpetuarlo en la memoria colectiva como inamovibles estatuas de bronce, erigidas en honor a nuestro espléndido ingenio humano. Cien años de aquello, cincuenta de esto. Se exhuman personajes ilustres, muertos, sobrevivientes. Se desempolvan los consabidos relatos y las desgastadas anécdotas para hacer del aniversario algo inolvidable.
Este egocentrismo de celebrar, conmemorar, forma parte esencial de la máxima característica que define a todo ser humano: la necedad. Somos espléndidamente necios… renecios. Sin una mínima dosis de necedad somos incapaces de hacer algo, de llegar a donde queremos o no queremos ir. De hacer las cosas de otra manera, de retorcer la lógica establecida, de ver el mundo al revés. La necedad es el motor de la vida, porque no esta muerto el que aún necea, el que sabe que se va a estrellar pero continua hacia adelante o el que se desvía del camino colectivo para emprender otro por sí mismo en lo desconocido. Cada quien la asume en su modo de vida y hace de ésta una completa necedad, porque para soportar la simplista monotonía de la vida hemos de poseer una alta dosis de esa máxima característica, que nos ayudará a llevar el absurdo existencial.
Correspondiendo con nuestra execrable naturaleza de seres necios y el egocentrismo de celebrar lo creado, no hemos de pasar por alto el primer aniversario de Revista Dimensiones; pero tampoco se ha de profundizar demasiado en semejante hecho llenando las siguientes líneas con inexistentes anécdotas, relatos o hablando de todo lo realizado o no a lo largo de estas doce ediciones. Eso es algo que pertenece a reingenierías empresariales o académicas que publican el cumplimiento de sus logros en el año, en maravillosos informes públicos. Por lo tanto, solo resaltaremos el hecho de haber logrado llegar a nuestro primer año de publicación constante, pese a los inconvenientes internos y externos, a la sordera y ceguera colectiva que prima en la sociedad, a tantas cosas hemos llegado a nuestro primer aniversario y eso obedece -gracias o desgraciadamente- a la alta dosis de necedad que poseemos. Y por esta misma NECEDAD, que nos impulsa desde adentro, continuaremos este segundo año publicando ante todos los pesares que se interpongan en el camino. Porque preferimos la necedad de perder el tiempo escribiendo cosas que quizás nadie lea, a la necedad de pasar todo el día con el trasero clavado a un sillón viendo televisión. Porque elegimos jodernos la vida con la necedad de soñar otro mundo, que con envilecernos en la monótona necedad de la vida. Porque elegimos la necedad de ir a contracorriente y emprender otro camino estrellándonos conscientemente, que continuar de forma inconsciente hacia el vacío. En fin, preferimos continuar por encima de todo que interiorizar el derrotismo social imperante. Revista Dimensiones manifiesta un año más de necedad.
EL PASADO LO EXIGE ASÍ (Johnny C.)
Entro y la habitación está sumida en penumbra, apesta a lo que suele apestar el lugar que has elegido para esconderte del mundo; esa mezcla de desazón, soledad y sentimiento de que nada cambiará sin importar lo mucho que se haga o se deje de hacer. Constantemente se confunde la idea reconfortante de estar, con el costumbrismo por la vida, con el mundo, con las personas que te rodean sin que sepas por qué. Permanecer, no es más que un estado en el que te desmoronas lentamente sin saberlo o tal vez sabiéndolo; pero con la conciencia siempre puesta lejos, en otras cosas, en lo que sea necesario para no permitirse aceptar lo primero que se supo y con lo cual nunca se estuvo de acuerdo. Porque desde los años de la bastarda adolescencia se empieza a probar de todo, a mirarse; obligado a saberse de la manera que no se puede ser. Empujado al odio por los sueños que empiezan a convertirse en mentiras infectas, con la noción horrible y asertiva de que nunca se va a tener o ser nada en verdad; sin abandonarse, sin entregarse íntegramente a eso que algunos imbéciles suelen llamar vida.
Enciendo la luz de la habitación y dejo que los colores golpeen mis ojos, solo el tiempo suficiente para localizar los cigarrillos y la botella de aguardiente que surgen recíprocamente encima de la mesa, junto al resto de tonterías que sueles ir acumulando con el paso del tiempo: libros; libretas; librillos; carpetas; botellas grandes, pequeñas, alargadas, rechonchas; papeles de toda clase, avisos publicitarios, administrativos; volantes de restaurantes, de mantenimiento de electrodomésticos; recibos sin pagar en letras grandes y rojas; uno que otro plegable explicando el fin del mundo y el advenimiento de alguien dispuesto a salvar unos pocos elegidos entre los cuales no te encuentras, entonces optas por la indiferencia y por ganar dos puntos con la basura, tal vez tres dependiendo de la distancia y la suerte. Porque la vida se resume en eso, si existe una palabra o acción para explicar y entender la vida, esa sería acumulación. Eres tu propia basura, ese asqueroso y maloliente recipiente que has decidido ubicar en cualquier rincón, y en el cual depositar todo aquello que ya no sirve, y si sirve ya no necesitas, y si lo necesitas es porque ya no lo tienes. Los sueños, las esperanzas, los deseos, los ideales; incluso el pasado y hasta la desfachatez de un futuro; la gran pila de mierda de la que estás hecho.
No hay nada por hacer y lo que hice no sirvió de mucho, solo demostró una vez más mi gran inutilidad que ya sospechaba atrasada, lenta. El asunto es ese y no quiero pensar mucho en eso; pero todo aterriza allí y hay que aceptar que no logro, no puedo. Por más que lo intente, el fracaso, la corriente vuelve a traerme entre los millones y millones de pensamientos a la misma casilla. Porque las cosas son así.
Enciendo un cigarrillo y destapo la botella que está medio vacía o a medio llenar; depende del punto de vista y de la manera que tengas para percibir el espacio, las emociones, el odio y en parte la determinación. No queda nada escondido, la luz se ha arrastrado a todos los rincones dejando ver todo como siempre ha estado, como siempre estará; quizás como nunca lo quisiste ver, porque lo negabas a ojos abiertos, sin sospechas; tratando de demandar por alguna razón y sin sentido una verdad falsa, una realidad soñada que se fue extendiendo como una sombra en el pavimento al caer una tarde veraniega. Sin puntos de referencia, con un principio olvidado o tal vez inventado y acomodado a la situación en un día sin fecha calendario, quizás en una noche de esas pegajosas en la cual, no puedes dormir, y no haces más que encadenar cigarrillos mientras tratas de encontrar un pasado que niegas o no admites como propio, porque la realidad lo hace imposible, detestable y contrariado. No queda siendo más que la recolección de momentos escogidos al azar, porque nunca se sabe de antemano lo que se puede o se quiere recordar. Bebo un trago de la botella de la cual no he apartado la mirada desde que entré y me senté sin saber por qué. Tal vez porque es difícil dejar de pensar, tal vez porque es más complicado aun no pensar, tal vez porque simplemente no tengo ganas de emborracharme o ya estoy demasiado ebrio; pero no lo suficiente para dormir, olvidar o entender. Nunca se está. Tratas de dormir para olvidar y terminas entendiendo que no puedes olvidar para dormir… Enciendo otro cigarrillo con la colilla del anterior y dejo escapar el humo lentamente.
![](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgQeN5y_y61cy9BL0Ixgl8YmFUyN_2gk3n6Yzu8hvzgLOTP-1_jYbecWhJ_miqt5cUsvkK2a9Om-vM16AjjIzBPOdbb6YiYu6DVGWxPKywQLxR98b5cESUeYp1BILjdBOZDhkxnyzhOo2U/s1600/pic.jpg)
El aire de esta noche coincide en nostalgia, clima y luna. Apoyados los antebrazos al barandal de metal, trato de alcanzar la alcantarilla con el cigarrillo que rebota cerca para terminar lejos de lo requerido inicialmente. Asomado a la noche, la puerta abierta en un intento totalmente inservible para espantar el calor y los pensamientos acumulados en las cuatro paredes de la habitación; con la idea imposible de llenarla con vacío, de permitir una fluidez tanto de estado como de tiempo. Todo permanece bastante calmo y pareciera que las personas que cruzan la calle, sintieran la necesidad de no romper la tranquilidad ni siquiera con el sonido de sus pasos. Y el juego de sombras en las calles, en las esquinas, abusa de la imaginación, del deseo fielmente añorado de la insoportable y pequeña muerte que podría ser su aparición o la ya conocida y entendida falta de ella. Se puede entender un poco como fruto de lo imposible y que igual a la vida a la cual se le da vueltas y vueltas nunca terminas de entender completamente, porque cada recoveco, cada espacio explorado o sumido en las sombras genera una totalidad de cuestionamientos imposibles de abarcar por tiempo, espacio, ignorancia y a veces por un sentimiento empapado completamente en resignación.
Se hace cada vez más tarde y las luces se extinguen poco a poco, las lámparas del alumbrado público interpretan cada vez menos el fluir de sombras, dejando las calles sumidas en una pálida desnudez. Como siempre, igual que cada noche; queda todo mordido a medias, la luz, la salida vislumbrada, el escape aleatorio no es más que un recorrido inverosímil de vuelta al principio, porque el pasado lo exige así.
ASENTIMIENTE EN EL JARDÍN (Mb-6v!)
Era la cuarta vez que en la última hoja de la margarita encontraba la cierta respuesta de su amado. Él insistía, mientras
degollaba los solteros racimos, que desconfiara por completo de
su romance por ella. Ella decidió, en medio de tanta obstinación,
enamorarse del florista.
OPUS DEI OS CULOS DOI (Mb-6v!)
Si abro la ventana para observar, a vista cerca, vería tranquilamente la mañana desenvolverse en su letargo. Atravesando los aromatices de una sombra, que es casa y escasa, que es verde y de verdad, que es tanta y alta, podría encontrar la entonación de un azulejo matutino, colonias inmarcesibles y la peste homínida.
Si la verdad es otra, debería estar viendo un maquillaje de benevolencia, un paraíso donado, y el sacrificio próximo. El hombre no es tanto para la erudición, pero es tan tonto para la santidad; así, la santa intransigencia podría tocar tu puerta y amenazarte con otra vista: -¡Manos arriba!, “opus dei os culos doi”- y a la mierda la mañana porque todo se transcribe a una rectocefalea eterna, y así quien ve la tranquilidad de la mañana, si ya ni tuya es,peste homínida.
EL VACÍO DONDE GRAVITAS (Urraca)
Esta noche, la luz ya se ha dormido,
¡Ya te has dormido!
En este aire que aún respiramos,
está guardada tu dicha.
Puedo ver como se levanta
entre las hojas secas.
“Tú, mi aurora futura”…
Contesta a mi duda:
¿Qué más da?, ¿El sol que se pone
o el sol que levanta?
¿La luna que nace o la luna
que muere?
Tu recuerdo como el de ambos astros,
quizás alcance para iluminar tu ausencia
ausente y así poder vernos en esta densa
niebla que nos envuelve.
El camino que subes es igual al que yo bajo.
Apuesto a que hoy no eras tú, y a la vez eras
diferente, igual que yo, ¿estás de acuerdo?
Así no beberán los labios dos veces
de la misma agua.
Esa es la esencia que veo en ti.
Es una sustancia maravillosamente fluida
en la que apareces bajo tantas formas amadas.
Diles a todos que esa es la razón de tu vida,
pero que a su vez exige tu vida como razón.
Así es el hombre… Aprende y cesa de perseguir
eternas nimiedades en oídos sordos…
“Tu vida, lo mismo que la flor,
¿Es menos bella acaso, porque crezca y
se abra en brazos de la muerte?”.
DETRÁS DE CADA PALABRA... ¡ABRA CADABRA! (Urraca)
¡Hola ¿Cómo estás?!
Espero que todo te ande bien. Me caes muy bien, quisiera conocerte mejor, siento que tenemos una empatía, ¡ojalá no te incomode lo que te digo! Espero poder conocernos mejor.
Cuídate mucho.
Cuando “TE SALUDO”, con el inicio, “salud”, con el final, te “aludo”.
Todo “HOLA, ¿COMO ESTÁS?”, expresa un tanto de añoranza y otro tanto... “¿Cómo va tu andanza?”.
Para mí... “ESPERO QUE TODO TE ANDE BIEN”, es en realidad un “brindemos ya sea con vino o cóctel. Pues ya ves... ¡Si no hay colchón... pues bien está el somier!”
Cuando te digo: “ME CAES MUY BIEN”, medio yo dice: ¡Sí!, rima y apuesta, mientras, mi otra mitad, te piensa en la “testa”.
Si te digo:”QUISIERA CONOCERTE MEJOR...”, resultado obvio que, con poco o sin hablar, a mí ya me quemó, algo de tu ardor.
Todo “SIENTO QUE TENEMOS UNA EMPATÍA”, es una invitación con todo pago y estadía, e incluye pasaje para dos con viaje en el mismo tranvía, a una gran ciudad llamada Vida.
“OJALÁ NO TE INCOMODE LO QUE TE DIGO”, cual baño en invierno que no asusta; igual te lanzas, y notas que tan fría está la ducha.
“ESPERO PODER CONOCERNOS MEJOR”, no saquemos ni fichas, ni cartas, ni dados, ni alfombras mágicas, ni rifles ni soldados; pues la amistad no es casino ni lámpara de Aladino. No es disparo sin atino, tampoco guerra. Mucho menos, viajero sin destino.
¡No empeñes ni vendas tu corazón, regálalo sin respuesta! ¡Siempre atiende tu razón, que no sea un lujo que usas de “pason”!
“¡Hey! ¡Si la apuesta es la vida, juguemos el corazón! Que la peor despedida es irnos sin dar amor”.
Todo “CUÍDATE MUCHO”, tenis bien puestos, crispetas y buen asiento... Que no haya sustos de “te mataré”. Sin miedo ¿a quién?; éntrate al cine, buena “peli” y regrésate a pie.
NUESTRO MÁS PROFUNDO DESEO (Andrés Pérez)
Fuerte y pasional es el deseo apocalíptico que existe en cada uno de nosotros; pero que rehusamos reconocer por temor. Esto obedece a que el mundo nos exige ser estúpidamente positivos y esperanzadores, nos conmina a confiar en el caos ordenado en el cual vivimos y a desconocer otro estado de las cosas.
Sin embargo, muy en el fondo deseamos que esto termine, que pare de girar y girar todo el absurdo y complejo sistema de nuestras vidas. Que la amenaza del fin se propague y haga real en todos los confines del mundo; que cada uno de nosotros sienta en carne propia lo inútil de todo lo hecho. El afán, el acelere de querer llegar ¿A dónde? ¿Para qué?
El deseo por el fin de los tiempos, el fin de la humanidad, el apocalipsis, es el evidente deseo por recuperar en ese mínimo instante antes del fin, lo humano que hemos ido perdiendo a lo largo de la historia y resquebrajar la falsa coraza que recubre nuestra perenne existencia. Desbordar nuestro ser en un gran regocijo, oculto tras un patético pánico, al presenciar la espléndida destrucción de nuestras “vidas”. ¡Cuánto nos gustaría!
Dirán algunos- dándoselas de jueces morales- que desear semejante barbarie y estado de cosas, solo puede recaer en la mente de individuos corrompidos e inhumanos alimentados por un rancio pesimismo y rencor. Solo resta decirles que lo inhumano y lo corrompido no está en desear el fin de la civilización si no en perpetuarla, en querer continuar con semejante locura.
Por lo tanto, ese deseo que habita entre nosotros debemos de reconocerlo sin temores y manifestarlo rabiosamente. Tal cual lo manifiesta el filósofo, pesimista y hombre que es Emir Cioran en su apocalipsis de envolvente prosa y desmesurada soberbia, la cual aclama por el fin de una raza que ya no tiene el derecho a llamarse humanidad. Por el fin de un hombre vacuo y petulante.
Y entre las llamas que lo consumen todo y el caos que se levanta como ingentes nubes de polvo, ver danzar en armónica perfección el cuerpo desposeído de todo ideal, en una nada inabarcable.
EL CLOSET DE LA VIDA (Urraca)
Regreso cansado con los ojos turbios, apretando mi chaqueta y escuchando a Spinetta, y a mirada fija agarro el primer libro y a mano limpia le atino a cualquier página y encuentro “genialísimo poema”... Esta vida tan maestra, medieval y tan traviesa que me da en la cabeza con esas palabras de certeza. Te abro a ti querida, el closet de la vida, para que te vistas con las prendas que quieras y te arregles tal como lo anheles. Luego pues, a salir en busca de lo que queramos ¡Ya! Lo más difícil son los comienzos y las despedidas, busquemos y descifremos el secreto del por qué la vida no entiende que el amor no quiere irse a ninguna parte, que lo que quiere es estar y quedarse, haciéndose siempre grande.
Todos nos encontramos totalmente desnudos bajo las prendas del closet de la vida.
EL OFICIO DE VESTIRSE
Por: María Mercedes Carranza
De repente,
cuando despierto en la mañana
me acuerdo de mí,
con sigilo abro los ojos
y procedo a vestirme.
Lo primero es colocarme mi gesto
de persona decente.
En seguida me pongo las buenas
costumbres, el amor
filial, el decoro, la moral,
la fidelidad conyugal:
para el final dejo los recuerdos.
Lavo con primor
mi cara de buena ciudadana
visto mi tan deteriorada esperanza,
me meto entre la boca las palabras,
cepillo la bondad
y me la pongo de sombrero
y en los ojos
esta mirada tan amable.
Entre el armario selecciono las ideas
que hoy quiero lucir
y sin perder más tiempo
me las meto en la cabeza.
Finalmente
calzo los zapatos
y echo a andar: entre paso y paso
tarareo esta canción que le canto
a mi hija:
“Si a tu ventana llega
el siglo veinte
trátalo con cariño
que es mi persona”.
MODESTO TRIPULANTE (Mb-6v!)
En un intento de casa viven los zapatos de Roberto. Si le fuera tan
fácil correr, de seguro ellos no se quejarían. Él desde muy
temprano ha sido un necio astronauta. Poder flotar le otorga, a él y a sus zapatos el descanso común, y a eso de casa, se lo da el
espacio cósmico.
"TRICK OR TREAT DAME BUEN ROCK'N ROLL O TE CORTO LA NARIZ" (Psyquest)
El género del metal es una muestra amplia de la gran diversidad de maneras de hacer la música en cada cultura. Y es porque el metal es global, y en cada país lo viven, lo tocan, lo escriben y lo disfrutan a su manera. Tan acogido ha sido por las últimas generaciones que ya tiene más de 30 años de existencia y más de 10 subgéneros dentro de su clasificación.
Dentro de estos subgéneros hay una banda que podríamos inscribir dentro del subgénero del “Power metal”. Ellos son italianos y se hacen llamar Trick or Treat (Que traduce “truco o trato” y/o contextualizándolo para nosotros significaría algo similar a “confite o travesura”). Este término proviene de un mito celta que hace parte de muchos otros que rodean el día del Halloween, el 31 de octubre de cada año. Y ahora nos preguntaríamos: ¿y por qué llamarse Trick or Treat? Bueno, realmente no hay mucha información sobre la historia del nombre de esta banda, pero lo que parece más evidente es que se remonta a sus inicios, como una banda tributo a la mítica banda alemana llamada Helloween, inspirados en esta temática tradicional del Halloween. TOT logró viajar por varias ciudades de Italia y hacerse reconocidos como banda tributo de “los chicos de la calabaza”.
Sin embargo, estos amiguitos no quisieron estancarse en el polvo de los anaqueles como una de tantas bandas tributo de estos influyentes alemanes y decidieron continuar su camino con nombre y composiciones propias. Así podríamos especular que surgió TOT en el 2002.
Se dieron a la tarea de empezar con sus propias composiciones y líricas, junto con un fuerte toque de aroma del viejo Helloween de los años 80’s, surgiendo una loca mezcla de un metal divertido, enérgico, fuerte, con muchos solos y melodías pegajosas (lo que llaman por ahí “gusanos musicales”, porque las melodías son tan pegajosas que no salen de tu cabeza). Además de eso, se inspiraron en personajes propios del público infantil como “El Pato Donald”, “Robin Hood”, “ David El Gnomo”, entre otros; y junto con su “cómica” manera de interpretarlas (El video “Girls just want to heaven fine” es una clara muestra de ello) los hace ser bastante peculiares y originales, además de aptos para todo tipo de público.
Ahora después de 11 años estos italianos tienen un demo tributo a Helloween: Live Helloween Tribute (2003), tres álbumes lanzados: Evil needs candy too (2005), Tin soldiers (2009) y Rabit’s Hill pt. 1 (2012), y dos videos: “Girls Just want to heaven fine” y “Loser Song”.
Siento que Trick or Treat inspira diversión, locura, energía y ganas de escuchar buen Rock and Roll. Para mí una experiencia totalmente placentera el disfrutar de un sonido no tan elaborado del que suelo escuchar, y descubrir también que la música puede transportarte a tu infancia y recordar que cuando “se nos dé la gana”, podemos ser de nuevo libres y locos.
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