PORTADA-DIMENSIÓN 08, agosto de 2012

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Agosto 30 de 2012
"Me desvinculo del mar cuando vinen las aguas a mí"
César Vallejo

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LITERATURA… MUNDOS DE MAGIA, LIBRES DE TRUCOS (Urraca)

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Editorial 08                                                                                           

                                                                                                                             “En fin, literatura…”
                                                                                                                                         Julio Cortázar


 A pesar de la televisión, el internet, la tecnología contemporánea y otras tantas distracciones mediáticas presentes en nuestro tiempo, todavía son muchas las personas que se toman el tiempo, la libertad y el placer de leer una novela, un poema, un cuento. Buscando en esta lectura una distracción una inspiración, otro punto de vista, una fuente de belleza o consuelo quizás.

La literatura es una de las bellas artes y se singulariza, dentro de ellas, por emplear como instrumento expresivo la palabra, en ella encontramos diferentes acepciones referentes a una cultura, una época, un estilo, una forma, entre otras.

Es también la literatura, una fuente de comunicación directa entre todo lo que ronda en su mundo, con el del lector. Produce una relación íntima, desde muchos aspectos (personal, sentimental, humano), siendo en ocasiones un medio efectivo de cambio, progreso intelectual e inspiración personal; sincronizando de manera armónica y hermosa dos sensibilidades vivas, la del escritor y el lector, expresadas con una absoluta singularidad seria y única.

Es preciso, que al leer, lo hagamos con todos los sentidos despiertos, para apreciar en todo su esplendor la obra, para adentrarnos en su paisaje espiritual, en su esencia, en su fin último. Para dejarnos cautivar de su sensualidad, de su sabor y su perfume.

A manera de apreciación personal, consideramos que sólo existe una verdadera literatura cuando ocurre esta relación íntima entre ambos mundos, conectados por la fuente inmediata del libro.  Existe realmente y cumple con su anhelado fin, cuando cualquier persona vuelca su angustia hacia unas frases o palabras que expresen su sentimiento, cuando un escritor se pone delante de unas hojas en blanco a altas horas de la madrugada, cuando una niña encuentra magia y colores en un cuento antes de irse a la cama, cuando una mujer madura relata su historia de vida llena de desengaños e ilusiones o simplemente escribe unas líneas de amor dedicadas a la vida. A la vez, sólo la literatura permanece viva, de verdad, cuando alguien al leer un libro, siente (como diría Franz Kafka) un fuerte puñetazo en su cerebro, si al leerlo, siente que se le sube la fiebre y que aquella lectura es la música que él tanto necesitaba.

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MONÓLOGO DE UN CÍCLOPE (Johnny C.)

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Estoy aquí sentada, soy yo. Sentada. Imaginando, pensando idioteces; tal vez grandes cosas. No. Por encima de todo, tienen que ser idioteces. Como la vida, como un tonto percance. Mira, qué hacer eso. ¡Qué locura! Como él, ella, nosotros. Él ¿Cuál él? Yo, no. yo no ¿De dónde salió él? De los sueños, de las preguntas, de las búsquedas no hechas, de todo lo encontrado, de lo nada buscado. ¿Salir? Entrar, ¿Cuál es la diferencia? Cuando sales inmediatamente estás entrando. Es como cuando despiertas luego de tener un sueño o acabas de leer un cuento o de ver una película. Entonces ¿De dónde? De los sueños podría ser una buena respuesta; pero, por qué él y no otro, por qué yo y no él, por qué él y otro y yo, por qué ninguno. No. yo soy yo. Complicado. No, no. Soy yo someramente. ¿Yo? Cuando digo yo, ¿A qué me refiero? A él, a ella. Esosaquellosotros. Pensar en que no puedo dejar de pensar. A ver, intentemos… Uno, dos, tres, una puerta, un gato. La lluvia. Lluvia que llovía sobre mi cuerpo. Un baño, un día triste; tal vez bajo la lluvia. No, ese día no llovía. Yo veía. ¿Qué día era? Ummmm. Hoy es jueves, si desandamos ocho días, luego martes ¿Qué hice ese martes? Nomeacuerdo. Pero fue mucho antes. Ahora van quince. Otra vez jueves. No, ese no. Maluco, ¿Maluco? ¡¡Horrible!! Sí, mal día; pero ese no fue. Tuvo que haber sido mucho antes. Sigamos. Quince por dos son treinta. Un mes. Difícil acordarse de todo, de todo lo dicho, lo hecho, lo omitido, lo pasado. Ummmm ¿Por qué estoy pensando en esto? No-me-acuerdo. Mientras más cerca a la ventana, más frío. Uno, dos, pasos hacia adelante. Frío. Uno, dos, tres, pasos hacia atrás. Ya no tanto. De igual, la ventana. Él. ¿Dónde está?, ¿Por qué no viene? Es un idiota y yo más esperando cuando de antemano sé, que no va a venir, porque se lo dije Oooooooooo ¿Fue él?, ¿Quién pronunció las palabras? Jueputa. Debe andar por ahí. Silencioso como un gato, imposible darse cuenta. Arrumado en cualquier café sostenido de un cigarrillo, dejando escapar palabras que podrían ser para mí un montón de burbujas multicolores, multisabores, con el imposible trabajo de pintar el cielo, sembrar aire, resucitar vivos. Jugando con el cronómetro de una bomba que estalla mi luz violeta, estrella mi horizonte, estiliza mis vestidos. Lo único bueno que sabe hacer, es hacerme sentir mal; pero me fascina como por esas calles lo logra. Es un idiota, imbécil, torpe, animal. Estúpido. Y el cronómetro se detuvo y no en ceros, simplemente así. Frenado. Y no era su mano. ¿La mía? Mis dedos. Apretar un botón. PUM A LA MIERDA. Entonces, mañana le diré que… no, mañana no. Hoy le digo que ha perdido, que estoy con otro y a él nunca lo he querido. Digo, al primer él; pero ahora el otro es el primer él. Entonces sería para él. A ver, están él y él, él que no soy yo, el otro que no es él, el otro que soy yo y él que es otro. Creo que ahora sí, necesito una aspirina, este nudo esta muy reacio y ya no me quedan uñas. ¡Ahhhhh! Mejor, caminar un rato. Un jean, una tula, una gorra. No, la gorra no. Bajar y salir sin que mamá se de cuenta y empiece con la preguntadera. Mala suerte. No joda mamá. El portazo obligado. Un día frío. Mejor regreso por un buso. Levantar la mano, hola mamá. Fingir no escuchar lo que dice. Subir catorce escalones. De nuevo. A ver, este está muy sucio, este esta muy feo, este no me gusta. Este negro esta bien. De nuevo lo mismo. Catorce escalones. Recuerdo la tarde en que los conté, para llevar a cabo mejor la misión, subía de a uno y me comía un chocolate. Delicioso ascenso, luego se me olvidó; pero como tenía todas las envolturas de los dulces no fue sino contarlas. Y ya. Salir. No hay gritos. No hay portazo. Manos en los bolsillos. Tal vez como haría él. Cuál él. Yo.

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IMPAR (Urraca)

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Aquel hombre miró aquellos ojos sombríos bajo el cielo apagado de esa temblorosa tarde de  Junio. Viscosamente, ella, algún tiempo atrás fue suya, por un solo instante y hoy luego de largo tiempo, la ve pasar inexorable, larga, terca, nefasta, fría y frívola.
Muchas veces, envuelto entre las abundantes lides del amor, se preguntó: “¿Cuántas veces entre pensamientos descalzos, palabras inexactas e incoherentes, lluvia derramada entre aceros y rendijas, encontramos el exacto sentido de las cosas?”
Como mendigo transita y divaga confuso y aturdido las calles de su pueblo, llevando en su hombro un pesado fardo, recuerda su silueta, detiene su andar, se pregunta, decide y retoma su marcha.

“A fuerza de sufrir ha aprendido a sufrir sin comentarios”.

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¡DESPIERTA! (Johnny C.)

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Soñaba con una estrella. Soñaba con un planeta, con una galaxia. Cuando despertó; se vio sumido en esa estrella, en ese planeta, en esa galaxia; que él no había creado.

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KANDISKY

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Wassily Kandisky, pintor de origen ruso nacido en 1866. Siendo niño aprendió a tocar el piano y el violoncelo, algo que sin saberlo le ayudaría enormemente más tarde en el desarrollo de su propio estilo como pintor. Sin embargo, en 1886 decide estudiar economía y leyes en la Universidad de Moscú. Kandisky, queda tan impresionado luego de asistir a una muestra de arte  francés con una pintura  de Monet (Haystacks at Giverny) que decide viajar a Munich con la intensión de estudiar arte.
Al paso del tiempo, empezó a experimentar sus propias concepciones sobre la pintura y el arte. Hoy en día, es considerado el precursor del arte abstracto; no sólo al impresionar a propios y extraños con su estilo sobre el lienzo, sino también de una manera teórica, al publicar en 1912 “De lo espiritual al arte”, y En 1926 “Punto y línea sobre el plano” Libros que ayudaron  al análisis de su pensamiento y manera de ver la pintura. A causa de la primera guerra mundial, Kandinsky se ve obligado a regresar a Moscú, donde desempeña un rol administrativo por algunos años. En 1922 regresa a Alemania, esta vez a Weimar donde impartió clases teóricas para una de las escuelas más influyentes del siglo XX, La Bauhaus; hasta su cierre en 1933 a cargo del tercer Reich. Luego de esto, se instala cerca a Paris en Neuilly-sur-seine, donde sigue elaborando pinturas cada vez más abstractas, hasta su muerte en diciembre de 1944.




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PARANOIDE (RH)

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En la penumbra de su habitación, como siempre que se dispone para salir a su trabajo, Armando se deja seducir por la hipnótica luz del televisor. En el aparato, la voz desesperada y con tono alarmante del presentador: “atención hoy en noticias…”En las noticias lo mismo de siempre: atracos, homicidios, estafas, capturas. El pan de cada día, la vida en sociedad. “Vamos a unas pequeñas propagandas”. Una oleada de publicidad, más violencia: “La única recomendada por odontólogos”. Armando corre al baño a cepillarse los dientes, se mira en el espejo pasándose la mano por el poco cabello que le queda. “¿Quién quieres ser hoy?” Se acomoda la ropa, calza las zapatillas. “Deja tu huella al caminar”. De nuevo las noticias. La sección roja, las crónicas de la noche, el homicidio a flor de piel. Las mil y una maneras de ser asesinado en este país, desde la más común, hasta la más exotérica. Muertes y más muertes de todas las gamas y en todas las clases sociales. Muertes de todas las edades y todos los géneros: hombres, mujeres, animales y extraterrestres; porque aquí matan todo lo que se mueve. Todo lo que habla, ve y escucha. El rostro de Armando se desfigura con cada crónica; se desvanece la tranquilidad; los nervios se alteran; el mensaje noticioso se repite una y otra vez en su mente: “lo mataron cuando salía de su casa”. Pasan a los deportes, más violencia. Es hora de salir a trabajar y Armando asegura ventanas, puertas, rejas; esconde el dinero en su relojera. Sale de casa. Se encomienda a sus santos. Desciende los cinco pisos. Pero, “¿Si quedó bien cerrada la puerta?” Vuelve a subir los cinco pisos. Mejor cerrada no puede estar: triple macho y doble pasador con candado. Aún no amanece. El tramo solitario de su casa a la terminal de buses lo hace a paso rápido. Mira aquí y allá. “Lo mataron cuando salía de casa”. El autobús rueda por la autopista a una tremenda velocidad. Armando, en cada curva se sostiene con todo su cuerpo al asiento. “Accidente de buseta deja cuarenta muertos”. El autobús se detiene y recoge a un pasajero que va a sentarse en los puestos de atrás. Armando se alarma por el mal aspecto del sujeto y su extraña mirada. Lo mira de reojo, parece que el hombre le mira. Armando transpira. Gotas de sudor, temblor, un feroz escalofrío le recorre las vertebras. El vehículo se adentra por los primeros barrios de la ciudad. El alba empieza a clarear en el horizonte. El hombre de atrás ha cambiado de asiento, Armando percibe el movimiento. Simula ver por la ventanilla, falta camino. De repente, siente que una mano se posa sobre su hombro; es el hombre de mal aspecto. Armando va a desmayarse; pero en un movimiento de reflejo se levanta, presiona el timbre y desciende del autobús. No sabe dónde esta, echa a caminar por esas calles con dirección al sur. A medida que camina, el ambiente de la calle se hace deprimente. Algunos travestis y borrachos se resguardan en la penumbra de los aleros. Malos olores. Gotas de sangre. Gritos. Sirenas. Empieza a amanecer, la luz del sol no ahuyenta el peligro. Armando desespera, camina más rápido, siempre hacia el sur, al lugar de trabajo. Mira hacia atrás y con gran temor ve que el hombre de mal aspecto o uno parecido a él, le persigue. “Lo mataron por robarle el celular”. El mensaje noticioso taladra la mente. Armando corre, corre como loco por las calles. No ve para donde va, sólo corre porque se quiere salvar de una puñalada, de un tiro en la cabeza, de ser una crónica roja; y corrió hasta llegar a un cruce de calles. Allí se detuvo o lo detuvo un golpe seco y certero. Sólo se escuchó el frenazo del autobús, el golpe del cuerpo en el asfalto y el grito de un travesti: ¡ahh! ¡ahh! ¡Lo mataron! ¡Lo mataron!                             

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EL SEÑOR ACELERADO (Mb-6v!)

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El señor Acelerado quería adelantarse a su tiempo, por esto se levantó del asiento del autobús diez calles antes de la próxima parada (No quería perder su trabajo por un retraso). Como ya tenía nervioso al señor conductor, éste abrió la puerta antes de detenerse, y como era de esperarse,  el señor Acelerado salió sin mayor cuidado de sus pasos y quizá aquel día (que no era precisamente el suyo), la gravedad estaba unos tantos grados aumentada. El señor Acelerado quedó con la mitad inferior de su cuerpo bajo el autobús y la otra mitad haciendo de policia acostado para los demás autos. El señor conductor no soltó el acelerador, y la llanta derecha trasera del autobús ayudó al señor Acelerado a adelantarse a su tiempo –de morir- antes de que un tractocamión le machacara la cabeza.
Al quedarse sin cabeza, el señor Acelerado se quedó también sin trabajo.

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SERPIENTE VIII

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-Estoy embarazada.
-Pero ¿Si no te he tocado un pelo?
-Quizás sea el designio de dios.
-Y ¿Qué tiene él, que no tenga yo?
-Un hermoso animal emplumado.

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TRATADO DE DESIGNACIÓN (Mb-6v!)

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De frente una maciza tormenta, al reverso un frívolo destierro; no hay más camino.
La tregua es nadar lentamente la prisa, decirse útil e inventarse apresurada y desesperadamente un atajo para llegar vivo a la muerte.

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GÉLIDO ESPEJO, DISONANTE REFLEJO (Urraca)

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¡Quémate! –Te digo- como una llama que
todo lo puede abrazar.
Con mi mano sin lumbre te doy mi fuego…
¡Quizás sea lo justo!
Tu reflejo y tu maldito filtro de voluntad
sin luz;
Me aplaca bruscamente, es el sonido de
una puerta que se cierra.

La soledad eres tú… sólo un espejo,
un cristal sin curso, una fantasmagórica imagen.
¿Tu presencia quema? Nos cruzamos sin sabernos,
sin olernos, sin sentirnos.
Quizás soy tú mismo y tú eres
el barro bajo mis pies.
Te derrites entre el agua y a fuerza de sed,
desembocas a la mar.

Fuera de allí, en vida, abres mis ojos…
lo sabes, lo dudas, lo sabes… Casi lo sabes.
Mi mano mortal te convierte en cientos
de pedazos.
Mi golpe es una denuncia, un reclamo, una forma,
ya no hay voz… Sólo fragmentos de mudo cristal.
Un pensamiento ilícito es el hombre, brilla entre
múltiples imágenes… pues nada es.

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FANAL CONSUMACIÓN (Urraca)

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Luz amarga ilumina la vieja calle.
¡No soy yo quién lo dice!
Es mi sombra inaccesible, delgada,
silenciosa, tropezada.

Sombra inerte flotando entre olas de luz.
Tiene el mismo semblante del ayer.
Hiela mis huesos con su vientecillo
de arribo y presencia que no sacia.

De nuevo, entre la amarga luz, naces tú,
fulgurante y acusadora.
Cuerpo de intangible esencia que ciñe el
precioso volumen de mi tristeza muerta.

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TRAZOS (hnz51)

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Trazos finos y gruesos.
Uno, dos, tres…
Palabras escondidas
detrás de los silencios.
Imágenes pintadas
en muros gigantes.
Inertes…
Sin aparente forma
pequeños pedazos
remendados con esperanza.
Eterno frío.
Atrapado entre los huesos
que se sacuden por momentos,
queriendo romper la celda oscura
del insondable aturdimiento.


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