...Y ES DE NOCHE (Urraca)
Te miré… te miré por última vez y quise hablar.
Unas borrosas letras quisieron romper mi virgen y abrumado silencio.
Surgías de lo oscuro a lo impávido; serena pero casi cruel,
desterrada, pero casi gloriosa.
Por mi ventana negra en medio de la noche,
tu caminar sagaz, daba luz y claridad.
Yo simplemente era un hombre enlevitado,
solo… que contemplaba cuál encendida figura.
Pasas y no te quedas. Hoy te veo. Vuelves a pasar.
Caminar único que empieza allí, sigue y no tiene edad.
Tú te alejas. Yo me quedó… Encendido y postrado al paso
al que arrastraste dulcemente mi vida.
Lo confieso: “No es bueno quedarse en la orilla, como el malecón
o como el molusco que quiere calcáreamente imitar la roca”.
Dulce mujer, como barca huyes a un mar encerrado,
en cuya playa no atracan las lágrimas entre arenas.
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