BREVEDADES POLÍTICAS REFORMANDO LA JUSTICIA: REFORMANDO LA IMPUNIDAD (Andrés Pérez)
De por sí, la constitución del 91 que es tan alabada por algunos eruditos de las leyes, da clara muestra de deficiencias. Deficiencias claro esta en la acción, en el hecho de la Justicia, porque en el papel es una maravilla, la clara expresión del humanismo colombiano: derechos y deberes garantizados para todas y todos. Pero en el Hombre casi todo es natural de tanto repetirse y es por eso que resulta natural que del papel al hecho, de la palabrería escrita o verbal, al accionar de esta palabra traducida en acción transformadora hay una total diferencia, una contracara, una contradicción que resulta absurda por lo patético de la acción en contraste con la palabra. La palabra resulta maravillosa, es un ensalmo la Ley tal; pero en la realidad ésta es lo más patéticamente déspota que puede existir.
Entonces la constitución tiene sus deficiencias que estriban en su aplicación por el ente ejecutor. Falla el ente ejecutor, no falla la ley. Es el ejecutor quien acrecienta las alarmantes deficiencias del sistema judicial y una de éstas es la impunidad. Este es el país de la impunidad y la impunidad no es más que el producto de la doble moral de las élites. Basta tener el apellido de tal familia, ser el amigo de fulanito, dar algunas notarías y embajadas, o hacerse pasar por muerto para escabullírsele al sistema judicial que sufre de ceguera, cojera y pereza como para salir detrás de dinosaurios y condenarlos. Quizás el ente ejecutor no es más que otro dinosaurio que no ataca a los de su clase.
Ahora se cambia en gran parte la Constitución del 91 al reformar una de sus principales bases: la Justicia. ¿Se reforma para menor deficiencia o para mayor deficiencia posible? ¿La clase política colombiana se ha hecho consciente de la impunidad en la que vivimos? Pues por lo astuta, sagaz y trampera que es, si se ha hecho consciente y por esto decide reformarla: para perpetuar más la impunidad, para trasladarla de la acción al papel o sea se trae la deficiencia de la acción penal al papel penal. Por lo tanto, la impunidad que se daba por garantizada con el apellido, la amistad, notarías, embajadas, entre otras prebendas que se daban al ejecutor; se garantiza ahora en el papel y ya no falla el ejecutor, falla la Ley.
Quedando entonces, legislado por nuestros propios legisladores que ningún de ellos podrá ser investigado y condenado por sus crímenes. Esto no es más que, la grosera impunidad de una élite criminal que se blinda penalmente para encubrir sus crímenes. Reforman la impunidad, la injusticia. Demasiadas cosas tiene que aprender la sociedad colombiana de estos hechos tan aberrantes; pero más serán las consecuencias que se producirán en el seno de ella al tener una élite política de tal talante. No existe autoridad moral para juzgar cuando los criminales dictan las leyes.
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